jueves, 19 de abril de 2018

El capítulo salvadoreño de la red en defensa de la humanidad contra las amenazas imperiales a la paz mundial




El Capítulo Salvadoreño de la Red de Intelectuales, Artistas y Luchadores Sociales en Defensa de la Humanidad, manifiesta su total condena contra las agresiones lanzadas por el gobierno de Estados Unidos, con la complicidad de potencias occidentales, el pasado 14 de abril. 

Este ataque repite el patrón de las agresiones imperiales contra los pueblos de Irak, Libia, Panamá y Grenada, para mencionar algunas. Todo empieza con una acusación falsa contra el país que quieren atacar y culmina con la agresión militar. En este caso, se acusó calumniosamente al gobierno del presidente Bashar al-Assad, de haber perpetrado un ataque con armas químicas, para justificar la agresión, la cual da continuidad los ataques de bandas terroristas financiadas por los grupos poderosos de Occidente. 

Dado que esa acusación no ha logrado probarse -pues no hay pruebas-, el presidente Donald Trump se apresuró en lanzar el ataque, sin contar con la aprobación del Congreso norteamericano. 

Esta agresión irresponsable pone a la humanidad ante el peligro de una guerra de grandes alcances. También significa una amenaza directa contra los países del mundo, en particular, de América Latina, que buscan caminar por el rumbo de la soberanía y autodeterminación.

Es una amenaza directa contra la hermana República Bolivariana de Venezuela, que ha sido calificada, tanto por la presente administración norteamericana, como por la que la antecedió, de “amenaza inusual y extraordinaria”, y que ha tenido, de parte del actual gobierno norteamericano, amenazas directas de una posible intervención militar, cosa que, de forma irresponsable y completamente desleal para con su pueblo, ha aplaudido la oposición venezolana. 

Nos sumamos, pues, a los distintos sectores que, a nivel mundial, han rechazado esta nueva agresión y están haciendo esfuerzos para que prevalezca el valor de la vida por encima de los intereses del capitalismo mundial.


San Salvador, 18 de abril de 2018.

jueves, 13 de febrero de 2014

Condena de la violencia fascista en Venezuela

PRONUNCIAMIENTO

Capítulo Salvadoreño de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad

 

Condena de la violencia fascista en Venezuela


El miércoles 12 de febrero, la derecha venezolana mostró al mundo, una vez más, hasta dónde puede llegar para desestabilizar el proceso de construcción del socialismo por la vía democrática. Dos personas asesinadas y unas 23 heridas fueron el saldo de la violencia de los que han anunciado, en repetidas ocasiones, que no respetarán los mecanismos democráticos ni la legalidad para conseguir sus fines.

La guerra de la derecha contra el Presidente Nicolás Maduro y la Venezuela Bolivariana es ya un hecho, no podemos seguir ignorándolo ni se vale ver hacia otro lado. Este es el tiempo de las definiciones, y las personas que constituimos el Capítulo Salvadoreño de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad queremos decir al mundo que Venezuela no está sola en esta lucha, y a nuestros hermanos venezolanos les enviamos todo nuestro apoyo y solidaridad.

Asimismo, es importante aclarar que los hechos de violencia del 12 de febrero no son sino la culminación de un plan cuidadosamente orquestado por la oposición irresponsable y fascista de Venezuela, con el apoyo de la derecha internacional. La negativa a aceptar los resultados electorales que dieron el triunfo a Nicolás Maduro, la guerra económica, la desinformación de los medios nacionales e internacionales y la campaña sucia han sido constantes, y es posible ver una gran similitud entre lo que sucedió en abril de 2002 —antes, durante y después del Golpe de Estado contra el Presidente Hugo Chávez Frías— y lo que vimos ahora.

Por todo esto, los miembros salvadoreños de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad:

·   Condenamos enérgicamente la guerra fascista contra el pueblo de Venezuela, sus instituciones democráticas y su gobierno legítimo.
·    Exhortamos al pueblo salvadoreño a que no se deje engañar por la falsa información difundida por los medios y agencias de prensa cuya agenda es un arma contra la Revolución Bolivariana. Animamos a todos los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país a que se informen activa y objetivamente sobre los hechos, recurriendo a los medios de comunicación alternativos, redes sociales y fuentes de información comprometidas con la comunicación de la verdad sobre Venezuela.
·    Respaldamos al Presidente Nicolás Maduro, la continuación del legado del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, y la construcción de la Patria Socialista y Bolivariana.


San Salvador, 14 de febrero de 2014

martes, 18 de diciembre de 2012

Buen Vivir: una señal de salida del sistema-mundo capitalista


Autor: Duncan Autrey | ALAINet / http://www.alainet.org/active/47962



Introducción


El 20 de enero de 1949, en su discurso inaugural como presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman introdujo la palabra “subdesarrollo” en el mundo internacional. Fue una palabra inmediatamente reconocida, que convirtió la diversidad del mundo marginalizado en una identidad monolítica (Esteva 1992). Este término dio lugar a la idea de un estado atrasado con respecto a un modelo universalmente superior e instaló en la mente de dos mil millones de personas una autopercepción del fracaso (Agostino, 2009).

El concepto de desarrollo fue evolucionando durante las siguientes décadas. En 1961, W.W. Rostow presentó la teoría de Modernización, en la cual postula que existe un proceso universal y lineal de desarrollo desde la comunidad tradicional hasta la sociedad de alto consumo masivo. En 1972, Fernando Cardoso y Enzo Falleto publicaron una crítica al concepto de desarrollo que es conocida como la teoría de Dependencia. Esta teoría introdujo la posibilidad de que el desarrollo y la dependencia pueden coexistir. En 1974, Immanuel Wallerstein postuló la teoría de Sistema-mundo, en la cual sostiene que el análisis debe hacerse a nivel mundial, no estatal, porque el sistema global es una economía mundial capitalista de la que no se puede salir. Estas son las teorías que han marcado nuestra idea de desarrollo hasta hace algunos años.

Con la transición al siglo XXI, se puede ver el florecimiento de nuevos futuros posibles y de señales de la caída inminente del capitalismo. La crisis financiera de 2008, cuyas consecuencias todavía continúan, demuestra la fragilidad del proyecto económico neoliberal que sostiene al capitalismo. En todo el mundo surgen movimientos que se están preparando para la transición del final del capitalismo. Un defensor de la evolución más allá del capitalismo es el geógrafo y teórico social David Harvey. Un ejemplo de estas nuevas miradas es el movimiento de posdesarrollo, que procura rechazar los conceptos del desarrollo convencional, como el valor incuestionable de las ganancias. Una manifestación de este movimiento es el concepto de Buen Vivir que está ganando fuerza en América Latina y que, desde 2008 y 2009, respectivamente, forma parte de las constituciones de Ecuador y Bolivia. En este ensayo exploraré la capacidad del Buen Vivir para moverse más allá del desarrollo y el capitalismo, a través del análisis Sistema-mundo de Wallerstein y me enfocaré en la Nueva Constitución de Ecuador como caso de estudio. Como conclusión, es posible afirmar que estamos en un proceso de cambio y que el movimiento de posdesarrollo y el concepto de Buen vivir presentan alternativas reales al Sistema-mundo capitalista, aunque tendrán que seguir creciendo.

Teorías principales del desarrollo


La teoría de Modernización fue presentada por Rostow como “el manifiesto anticomunista” y, al igual que en el Manifiesto comunista de Marx y Engels, Rostow quería demostrar el proceso histórico en que evolucionan los países. Esta teoría se basa en el estudio del proceso de modernización de los países industriales, como Inglaterra, a partir del supuesto de que se trata de un proceso lineal y universal. La idea principal es que una sociedad más avanzada interviene en una sociedad tradicional para crear las condiciones de cambio, es decir: la sociedad tradicional desaparece para dejar lugar a la construcción de una sociedad moderna. Una vez que se vence la resistencia al crecimiento, un país se proyecta al proceso de desarrollo hacia la madurez económica. El fin de la modernización es la llegada a una época de alto consumo masivo (Rostow, 1961). Aunque esta teoría parece anticuada y ha recibido muchas críticas a lo largo de los años, sigue siendo el fundamento sobre el cual se apoya la comprensión occidental del desarrollo.

Durante las décadas del 50 y 60, surgió un debate sobre los procesos de cambio económico en América Latina que culminó con la teoría de Dependencia. Esta fue popularizada por Cardoso y Faletto en su libro sobre Dependencia y Desarrollo en 1969 (Stern, 1988). La idea central de la teoría de Dependencia es que hay un sistema de desarrollo capitalista, que depende de la inversión imperialista para permitir la participación local. Pero la comunidad local sigue siendo dependiente en lo económico, porque “la producción del los medios de producción (tecnología) está concentrada en las economías capitalistas avanzadas” (Cardoso, 1972, p. 90). Esta situación explica la existencia de una división, dentro los países dependientes, entre los que pertenecen a la estructura internacional y los que están marginalizados y siguen fuera del sistema. Cardoso concluye que hay que luchar contra las formas de desarrollo fomentadas por las grandes corporaciones internacionales (Cardoso, 1972, p. 93). Desde mi punto de vista, la teoría de Dependencia es una crítica potente y brillante al concepto de modernización, y anticipó los problemas fundamentales del neoliberalismo.

En comparación con la teoría de Dependencia, el análisis Sistema-mundo presenta una estructura más completa para entender la situación mundial. Este enfoque adopta una perspectiva global desde donde sostiene que hay solo un sistema económico en el mundo, la economía mundial capitalista, y que ha persistido por más de 500 años debido a su estructura política (Wallerstein, 2006, p. 6). El enfoque sistemático implica que no hay un afuera del sistema mundial y que éste trasciende las fronteras de los estados (Wallerstein, 2006). La teoría contrasta con las teorías desarrollistas, como la de Modernización y el Marxismo evolucionista, en que la estructura del sistema es estacionario; no hay un proceso de cambio lineal (Wallerstein 2006, p. 52). Esta estructura está construida por tres posiciones: el núcleo, la periferia y la semi-periferia, que funciona como un intermediario y amortiguador entre las otras dos. En esa estructura, todos persiguen sus intereses en el mercado en relación con los demás (Wallerstein, 2006). Un país, individualmente, puede moverse dentro el sistema desde una posición a otra, pero el sistema no cambia. Según Wallerstein la pobreza del mundo persiste y el desarrollo convencional no existe, porque no es posible que todos los países se desarrollen juntos. Sostiene también que, aunque el sistema se ha mantenido por siglos y todavía no ha llegado a su punto de consolidación, ya está en decadencia. Agrega, además, que el sistema tiene dos contradicciones fundamentales. La primera es que la maximización de las ganancias depende de la extracción de excedentes de la mayoría y que, a la vez, esa producción de excedentes genera la demanda para su redistribución. Esa contradicción hace más débil el sistema y disminuye las motivaciones de participar de los más privilegiados. La segunda contradicción es que, cada vez más, los privilegiados captan los movimientos de oposición, lo que sube la apuesta inicial del movimiento siguiente (Wallerstein, 2006, p. 35). Asimismo, la consolidación del sistema tiene problemas inherentes. Por una parte, la capitalización de la agricultura causa más urbanización y como resultado hay más oportunidades para la organización entre movimientos. Por otra, la industrialización aumenta las ganancias y hace más difícil justificar la falta de distribución de los excedentes. Por último, la burocratización del sistema lo vuelve inestable por el exceso de altos cargos en el núcleo (Wallerstein, 2006, pp. 62-63). En suma, la teoría de Wallerstein establece la existencia de un sistema inalterable que está cerca del colapso.


Más allá del capitalismo y del desarrollo


La teoría del Sistema-mundo establece que todos países están atrapados en un sistema capitalista, en el cual el desarrollo real es imposible. Wallerstein señala que el mundo está motivado por la obtención de ganancias, no por el deseo de éxito. Los oprimidos no tienen que aprender maneras de manejarse dentro del sistema; tienen que derrocarlo (Wallerstein, 2006, p. 133). Harvey sostiene que actualmente nos encontramos en una crisis del capitalismo que surgió como reacción a la crisis de los años 70 y que va a continuar. Durante la continuación de esta crisis, cuando los problemas sean más evidentes, van a aparecer alternativas y será necesario prepararse para la transición anticapitalista (Harvey, 2009). En mi opinión, los conceptos de posdesarrollo y Buen Vivir se presentan como respuestas alternativas, estratégicamente sólidas, a la situación planteada por Wallerstein.
El concepto de posdesarrollo propone rechazar los supuestos principales del desarrollo convencional y establecer un nuevo discurso sobre la mejor manera de prosperar. Aunque la teoría está ganando espacio en todo el mundo, algunos de los teorizadores más importante son latinoamericanos (Gustavo Esteva y Arturo Escobar) y los primeros intentos de implementarla a nivel nacional tienen lugar en Bolivia y en Ecuador que incluyeron recientemente el concepto de Buen Vivir en sus constituciones.

El Buen Vivir (Sumak Kawsay en Kichwa) es a la vez una manifestación y un complemento de la teoría del posdesarrollo que tiene su fundamento en concepciones indígenas. Según el análisis del Sistema-mundo, no es posible salir del sistema. Frente a esa situación, estos países eligen no continuar esforzándose para integrarse al sistema, sino enfocarse en mejorar su situación interior. Sus acciones están orientadas hacia el cambio de dependencia del sistema con más autosostenibilidad. El Buen Vivir cuestiona los conceptos centrales de desarrollo, especialmente la idea de subdesarrollo. Ana Agostino, una estudiosa del tema, explica:
El post desarrollo [sic], por su parte, no presenta un discurso alternativo sino una nueva sensibilidad que valoriza la diversidad, que cuestiona la centralidad de la economía —en particular del mercado—, que promueve la sustentabilidad de la vida y la naturaleza, no del desarrollo —¡mucho menos del crecimiento!— que reconoce múltiples definiciones e intereses en torno al sustento, las relaciones sociales y las prácticas económicas, que prioriza la suficiencia frente a la eficiencia, entre otros conceptos (Agostino, 2009, 15).

El Buen Vivir no cree en la noción de Estados superiores y no acepta la idea de un modelo que sea universalmente válido, es decir, el occidental. Rechaza, también, la legitimación de la intervención que supone que algunos países son avanzados y otros, atrasados (Agostino, 2009). Asimismo, tampoco cree en un proceso lineal del desarrollo y refuta fuertemente el antropocentrismo de la economía que no puede “identificar valores intrínsecos en lo no humano” (Gudynas, 2011, 19). Desde esta perspectiva, la calidad de vida o el bienestar no se basan en la posesión de bienes materiales. Es evidente que el Buen Vivir cuestiona desde las raíces el desarrollo convencional; pero ¿es un rival viable?
Cuando se estudia la capacidad del concepto de Buen Vivir para responder a las cuestiones y desafíos que Wallerstein y Harvey plantean, parece que está bien posicionado para ofrecer una alternativa real al Sistema-mundo capitalista. Wallerstein (2006) cree que el camino hacia el socialismo es inevitable. No obstante, presenta una agenda para entender y facilitar el cambio que establece cinco campos de estudio: aprender cómo funciona el sistema capitalista; aprender cómo empezó; estudiar cómo fue la transición hasta el capitalismo, cuando había múltiples sistemas; estudiar los modos de producción alternativos y estudiar el socialismo, sus fallas, sus logros y el proceso de prefiguración. Asimismo, plantea la importancia de considerar la relación entre los movimientos revolucionarios y seguir revisando y refinando las estrategias (Wallerstein 2006, 135-136).
Harvey (2010) estudió la transición del feudalismo al capitalismo, como recomendaba Wallerstein, y a partir de eso, propone una teoría “co-revolucionaria” en la que el cambio social surge a través de la evolución de siete aspectos de la sociedad [1]. El concepto de Buen Vivir está eficazmente procurando basarse en ellos y establecer la importancia de revisión y diversidad planteada por Wallerstein. En primer lugar, el Buen Vivir se enfoca en los procesos sostenibles basados en la cultura y en las tradiciones locales y no prioriza los conocimientos dominantes occidentales (Gudynas, 2011). En segundo lugar, le reconoce derechos a la naturaleza y ve valores en lo no humano (Gudynas, 2011). En tercer lugar, el Buen Vivir enfatiza el hecho de no llevar al ámbito económico las relaciones sociales, ni de “reducir todas las cosas a bienes o servicios mercantilizables” (Gudynas, 2011, 19). Además, plantea la idea de abandonar la pretensión de desarrollo lineal, apoya la descolonización de saberes y enfatiza el diálogo, la democracia y las interacciones entre los distintos saberes (Gudynas, 2011, 19). En quinto lugar, rechaza la valorización de bienes producidos por el mercado y se enfoca en la producción basada en la sabiduría local (Acosta, 2009). Asimismo, al haber sido incorporado en las constituciones de Bolivia y Ecuador, ha comenzado a institucionalizarse. Finalmente, el concepto pone en relieve la importancia de las culturas tradicionales, que tienen el poder intrínseco de reproducirse.
Wallerstein (2006, 53) resalta, además, la importancia de preguntarse: ¿cuáles son las consecuencias de cualquier cambio para la individualidad y para el grupo? Como una forma de respuesta, el Buen Vivir pone el acento en el intercambio de culturas y valoriza la diversidad de posibilidades. El valor reconocido de la interculturalidad “hace que [el Buen Vivir] tenga una decidida vocación orientada al encuentro, al diálogo y a otras formas de interacciones entre diferentes saberes” (Gudynas 2011, 19). Por eso, el movimiento del Buen Vivir puede cumplir el requisito planteado por Wallerstein de seguir revisándose y refinándose. Los fundamentos para el cambio ya están establecidos, ahora nos toca explorar la implementación.


El Buen Vivir en Ecuador: un caso de estudio


En 2008, la población ecuatoriana aprobó, con una mayoría sustancial, una nueva constitución elaborada bajo el liderazgo del presidente Rafael Correa. Una novedad fundamental fue la inclusión de los derechos del Buen Vivir, que abarca derechos de alimentación, ambiente sano, agua, comunicación, educación, salud, etc. Y además, indica claramente que el desarrollo debe servir al Buen Vivir, demanda respeto a la “diversidad y la convivencia armónica con la naturaleza” y agrega que el desarrollo debe atender a un planificación participativa (Gudynas, 2011, 4). En este sentido, cabe destacar que esta fue la primera constitución que otorgó derechos al medio ambiente (Gudynas, 2011, 5).
La Nueva Constitución de Ecuador establece los derechos y las intenciones del Buen Vivir pero no ofrece estrategias de implementación. Por esa razón el Gobierno ha creado el “Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013” que establece doce objetivos que abordan diversos temas, por ejemplo: “garantizar los derechos de la naturaleza y promover un ambiente sano y sustentable” y “auspiciar la igualdad, la cohesión y la integración social y territorial en la diversidad” (Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo, 2009). Todavía es difícil conocer la efectividad del Plan Nacional. Algunos hablan de un “camino al post-extractivismo” (Gudynas, 2011, 17); pero en abril de 2011 un periodista de The Guardian dijo: “the abstract rights [given to nature] have not led to new laws or stopped oil companies from destroying some of the most biologically rich areas of the Amazon” (Vidal, 2011). No obstante, aunque los cambios interiores son difíciles de notar, la resistencia externa al sistema capitalista de la Constitución de Ecuador es considerable.
En 2009, el Gobierno anunció la terminación de 13 acuerdos bilaterales de inversión. Según un cable confidencial del departamento de estado de los Estados Unidos, a través de WikiLeaks, el Ministerio del Exterior ecuatoriano explicó a los Estados Unidos que Ecuador tenía la obligación de terminar cualquier trato que no estuviera alineado con el Plan Nacional de Desarrollo y que están aplicando un modelo donde se prioriza la justicia social (Embajada estadounidense en Quito, 2009). La Heritage Foundation sostiene que la inversión extranjera está en peligro a causa de la priorización de la inversión nacional y de las nuevas responsabilidades del Estado en cuanto al manejo de las industrias. En el Índice de Libertad Económica de 2010 de la Heritage Foundation, Ecuador recibe una puntuación de 25%[2] (eCommerce.com, 2010). En su informe sobre acuerdos entre Europa y Latinoamérica, Friends of the Earth Europe (Amigos de la Tierra Europa) surgieren que Ecuador y Bolivia están retando a Europa a que demuestre su posición verdadera, puesto que la Unión Europea se presenta como defensora del medio ambiente y de los derechos indígenas pero aún no parece dispuesta a acceder a pedidos que están relacionados con esos valores (Hall 2009, 5). Es notable que la situación en Ecuador llame la atención del sistema, pero que ningún documento hable sobre el Buen Vivir o el posdesarrollo.


Conclusión


El capitalismo y el desarrollo convencional son conceptos en decadencia. El mundo occidental no puede contestar ni continuar justificando preguntas como: ¿si el mundo está desarrollándose, por qué está empeorando en relación con el medio ambiente, la calidad de vida y el estándar de vida? (Wallerstein, 2006). David Harvey (2010) opina que no se puede pensar en soluciones a la crisis financiera sin hacerlo por fuera de la opinión ortodoxa. El Buen Vivir y la teoría de posdesarrollo plantean un desafío al Sistema-mundo capitalista y aunque todavía no han florecido completamente, las alternativas están germinando.
La Constitución ecuatoriana de 2008 funciona como una respuesta directa a las complicaciones de estar en el Sistema-mundo presentadas por Wallerstein. Según las palabras de Alberto Acosta (2010), un promotor de la constitución, este documento quería “construir una concepción estratégica nacional y regional […] sobre bases de creciente soberanía, para insertarse inteligentemente y no en forma dependiente en la economía mundial”. La Constitución no es el comienzo de este movimiento para ir más allá del desarrollo, pero es un hito potente en su camino. Eduardo Gudynas (2011) señala que, aunque el Buen Vivir de Ecuador está basado en concepciones de las culturas indígenas, el proceso es global. La ventaja de que la teoría se apoye en la experiencia indígena es que estas culturas todavía tienen una sabiduría que opera desde fuera del sistema. Aunque nadie pueda salir, ellos pueden acelerar el cambio para señalar a los demás por dónde queda la salida.





Bibliografía


Acosta, A. (2010). El Buen Vivir en el camino del post-desarrollo: Una lectura desde la Constitución de Montecristi. Quito: Fundación Friedrich Ebert.


Agostino, A. (2009, Junio). Alternativa al desarrollo en América Latina: ¿Qué pueden aportar las universidades? América Latina en movimiento, 445, 14-17. Quito: Agencia Latinoamericana de Información.

Cardoso, F. H. & Falleto, E. (1972). Dependence and Development in Latin America. (pp. 83-95).


Embajada estadounidense en Quito. (2009, 17 Noviembre). GOE “EXPLAINS” TERMINATION OF INVESTMENT TREATIES. En WikiLeaks. Hecho público Fri, 29 Apr 2011 17:05 UTC. Recuperada de: http://wikileaks.fi/cable/2009/11/09QUITO973.html


eStandards Forum, Financial Standards Foundation. (2010 Julio). Business Indicators Summary: Ecuador. Recuperada el 15 de junio de 2011, de: http://www.estandardsforum.org /ecuador/business-indicators?id=152


Esteva, G. (1992). Development. En W. Sachs (Ed.), The Development Dictionary: A guide to knowledge as power (pp. 6-25). London: Zed Books.


Gudynas, E. (2011 febrero). Buen Vivir: Germinando alternativas al desarrollo. América Latina en movimiento, Separata: Destaques del FSM 2011, 462. Quito: Agencia Latinoamericana de Información.

Hall, R. (2009 diciembre). Calling the EU’s Bluff: Who are the real champions of biodiversity and traditional knowledge in the EU-Central American and EU-Community of Andean Nations Association Agreement? [Informe]. Bruselas: Friends of the Earth Europe. Recuperada el 15 de junio de 2011, en sitio de Scribd.: http://www.scribd.com /doc/46053994/Calling-the-EU-s-bluff

Harvey, D. (2010). Organizarse para la transición anticapitalista. Crítica y Emancipación: Revista latinoamericana de ciencias sociales, año 2(4), 167-194.


Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, Gobierno Nacional de la República de Ecuador. Objetivos para el buen vivir. Recuperada el 15 de junio de 2011 en el sitio de Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013: http://plan.senplades.gob.ec/web/guest /objetivos-nacionales-de-desarrollo-humano


Rostow, W. W. (1961). The Stages of Economic Growth: A non-communist manifesto. Fondo de Cultura Económica.


Stern, S. (1988 octubre). Feudalism, Capitalism, and the World-System in the Perspective of Latin America and the Caribbean. The American Historical Review, 93(4), 829-872. Recuperada de http://www.jstor.org/stable/1863526.


Vidal, J. (2011, 10 abril) [Bolivia enshrines natural world's rights with equal status for Mother Earth: Law of Mother Earth expected to prompt radical new conservation and social measures in South American nation]. The Guardian, Recuperada de http://www.guardian.co.uk/environment/2011/apr/10/bolivia-enshrines-natural-worlds-rights


Wallerstein, I. (2006). World-Systems Analysis: An Introduction. México.


[1] 1) las formas tecnológicas y organizacionales de la producción, el intercambio y el consumo; 2) las relaciones con la naturaleza; 3) las relaciones sociales entre las personas; 4)las concepciones mentales del mundo que abarcan conocimientos, saberes culturales y creencias; 5) los procesos específicos de trabajo y producción de bienes, geografías, servicios o afectos; 6) convenios institucionales, legales y gubernamentales; 7) la conducta en la vida cotidiana que sustenta la reproducción social (Harvey, 2010).


2] El promedio global es 49%.

Benedicto XVI Descubre La Lucha De Clases




BENEDICTO XVI DESCUBRE LA LUCHA DE CLASES

Julia Evelyn Martínez. ContraPunto


SAN SALVADOR
- Si algo no puede negársele al Papa Benedicto XVI es su sorprendentemente capacidad de descubrir cosas que al 99% de la humanidad la tienen sin cuidado. Recién llegado a su actual posición de máximo jerarca de la iglesia católica, dio a conocer al mundo su descubrimiento acerca de la inexistencia del purgatorio, según lo cual, las personas interesadas ahora pueden tener la certeza de que se pasa directamente al cielo o al infierno sin ningún tipo de escalas. Más recientemente, informó que había descubierto que al momento del nacimiento de Jesús no estaban presentes ni la mula ni el buey, con lo que se puso en entredicho la costumbre de incluirlos en los pesebres navideños. Afortunadamente para los fabricantes de pesebres y de textos litúrgicos, las noticias sobre estos descubrimientos no parecen viajar desde el Vaticano hasta el resto países con la rapidez esperada en la era de la globalización de la información. Hasta ahora los pesebres que se han colocado esta navidad en hogares y centros comerciales, mayoritariamente han incluido a los dos personajes de la discordia y, en los novenarios de muertos que aún se rezan en los pueblos de Latinoamérica, se continua intercediendo por las almas del purgatorio.


Sin embargo, la manía descubridora de Benedicto XVI ha dado un giro sorprendente. En ocasión de la presentación del texto del mensaje de la Jornada Mundial de la Paz 2013, ha descubierto algo que el 95% de la humanidad ya sabía pero que el 5 % se resiste a aún reconocer. Ha descubierto nada más ni nada menos que el capitalismo es un sistema económico que funciona en base a la codicia, que promueve el consumismo y la competencia, y que genera conflictos sociales (lucha de clases) por las desigualdades que provoca entre ricos y pobres.


Según sus palabras: “Causan alarma los focos de tensión y contraposición provocados por la creciente desigualdad entre ricos y pobres, por el predominio de una mentalidad egoísta e individualista, que se expresa también en un capitalismo financiero no regulado (…..) Para salir de la actual crisis financiera y económica – que tiene como efecto un aumento de las desigualdades – se necesitan personas, grupos e instituciones que promuevan la vida, favoreciendo la creatividad humana para aprovechar incluso la crisis como una ocasión de discernimiento y un nuevo modelo económico. El que ha prevalecido en los últimos decenios postulaba la maximización del provecho y del consumo, en una óptica individualista y egoísta, dirigida a valorar a las personas sólo por su capacidad de responder a las exigencias de la competitividad”.


¿Qué tiene de novedoso el “descubrimiento” de Benedicto XVI de las injusticias y de la opresión que se derivan del capitalismo y de la responsabilidad del capitalismo en la lucha de clases?. De novedoso no tiene nada, pero sí tiene un gran significado en términos del debate político ideológico que está cobrando relevancia en la coyuntura actual sobre las causas de la crisis económica global y sobe las alternativas que se existen para promover una economía que esté en función del bienestar de toda la sociedad. Es decir, es importante que un conservador de la talla de Benedicto XVI, a quien nadie en su sano juicio acusaría a de ser un instrumento de grupos marxistas o de tener una ideología anti- sistema , le diga al mundo que la creciente conflictividad social o lucha de clases, está siendo alimentada por las injusticias que provoca el sistema económico capitalista.


Esperemos que los intelectuales orgánicos de las elites empresariales y políticas de nuestros países , que con tanta facilidad descalifican a priori cualquier opinión contraria al capitalismo y/o a los principios de lo que llaman el “libre mercado” o la “libre iniciativa”, se tomen el tiempo de leer en esta época, el mensaje de Benedicto XVI. A lo mejor descubren lo que hasta el Papa ha descubierto por fin: que el problema económico fundamental en la actualidad es la creciente desigualad entre ricos y pobres. Qué esta desigualdad es responsabilidad directa del capitalismo y de su racionalidad de muerte, y que no es posible pensar en solucionar los conflictos sociales o en promover la cohesión en una sociedad en torno a un proyecto de desarrollo nacional, mientras no se aborden las causas estructurales que le han dado origen a las brechas de desigualdad y a la exclusión social de amplios segmentos de la población.

Porque deben saber que la lucha de clases no se la invento ni Marx ni Lenin y su existencia no depende de sí se está de acuerdo o en desacuerdo con ella. Ya lo dijo el multimillonario Warren Buffet en una oportunidad: “La lucha de clases sigue existiendo, pero es mi clase la que la dirige y la que la va ganando”.

Los Frenos Al Desarrollo De La Economía Solidaria




LOS FRENOS AL DESARROLLO DE LA ECONOMÍA SOLIDARIA

Evelyn Patricia Martínez. Rebelion



Los diagnósticos erróneos de la realidad conducen a salidas de transformación también erróneas, esto sucede cuando no se llega a analizar la esencia de la realidad (las causas estructurales) y los diagnósticos se quedan en la parte fenoménica (aparencial) de la misma. Estos diagnósticos y salidas erróneas permiten seguir reproduciendo esa misma realidad, sin que haya un cambio desde la raíz del problema y se produzca un cambio cualitativo de transformación.

Al analizar las alternativas que se están construyendo en todo el mundo para avanzar a una sociedad post capitalista, requiere que hagamos una reflexión crítica acerca de los obstáculos, frenos y límites que impiden su avance y desarrollo. Si bien la propuesta de la economía solidaria presenta grandes potencialidades, por estar fundamentada en una economía para la vida en todas sus formas, es decir, fundamentada en el trabajo y no en el capital, y en el cuido de la naturaleza; también presenta grandes limitantes y desafíos que son precisos enfrentar.


En nuestro país [El Salvador], Aquiles Montoya, teórico de la economía solidaria, se preocupó por estudiar y comprender sus potencialidades y límites, estudió por muchos años las formas de producción y circulación no capitalistas para el caso salvadoreño en específico, y para el submundo capitalista en general. Afirmaba que dentro de la Formación Económica Social Capitalista se encuentran, además del modo de producción capitalista, formas económicas no capitalistas como por ejemplo: el sector campesino, el sector informal urbano, cooperativas, y empresas solidarias. Formuló la categoría de la subsunción indirecta del trabajo al capital, un gran aporte para la actualización del marxismo. El maestro Aquiles planteaba que en los países del submundo capitalista existen tres formas generales de producción: la producción capitalista, la producción mercantil simple, y la producción de valores de uso. Siendo la primera la producción principal y la que subordina a las otras dos. Igual situación ocurre en el proceso de circulación del capital. Esto se debe a que responden a la lógica del capital, ésta las determina y condiciona, y por tanto se convierten en instrumentos indirectos de valorización extraordinaria del capital a través de las relaciones de expoliación, y en esa medida, éste posibilita y exige su existencia. (Montoya, Economía Crítica).

¿Qué es lo que implica la vinculación del sector no capitalista con el sector capitalista y cómo se dan las relaciones de expoliación?: a) Los productores de la producción mercantil simple al no poseer autonomía y capacidad de negociación frente al capitalista (ya sea industrial o comercial), aceptan un precio de compra inferior al valor de la mercancía o de sus costos de producción, porque precisamente no posee otra alternativa, y b) la lógica del capital le determina al productor mercantil cómo producir, de la misma forma modifica el tiempo y la intensidad de su trabajo. De esta manera se da la subsunción indirecta del trabajo al capital y la apropiación extraordinaria de valor. (Montoya: Op Cit)


Esto se convierte sin duda en freno al desarrollo de la economía solidaria. Para las y los que le creemos en esta utopía en marcha de la economía solidaria, debemos tener claridad de estos límites que enfrenta.

Con mucha preocupación, hace un par de días leía una nota en un periódico nacional sobre la alianza y vinculación, que está impulsando USAID, de un grupo de pescadores de la zona del Bajo Lempa con uno de los supermercados más grandes de nuestro país (LPG 29.11.2012); pero lo que no dejó de alarmarme es que dentro de ésta iniciativa también esté participando una ONG nacional que, hasta hace poco, se consideraba una organización preocupada de promover y desarrollar iniciativas de economía solidaria. La falta de claridad teórica de ésta ONG en particular está llevando a que en lugar de articular y potenciar las iniciativas de economía solidaria, las está debilitando, ¿por qué no mejor articular a esta cooperativa de pescadores para que le provean a la economía local (los mercados, comedores) de la zona?


No podríamos esperar que USAID promueva prácticas de economía solidaria, éstos confunden la caridad con la solidaridad, al igual que el mencionado capital comercial que se beneficiará de ésta vinculación, por lo que expresábamos más arriba…“Descubrirse en la posición del opresor aunque ello implique sufrimiento no equivale aún a solidarizarse con los oprimidos. Solidarizarse con éstos es algo más que prestar asistencia a 30 o a 100, manteniéndolos atados a la misma posición de dependencia. Solidarizarse no es tener conciencia de que explota y "racionalizar" su culpa paternalistamente. La solidaridad, que exige de quien se solidariza que "asuma" la situación de aquel con quien se solidarizó, es una actitud radical" (Paulo Freire, Pedagogía del Oprimido).


Aquiles planteaba para que la producción mercantil simple dejase de ser de beneficio para el capital y se convirtiera en beneficio de la clase trabajadora, se debe de potenciar la economía solidaria. Esto implicaría la no vinculación con el sector capitalista y desarrollar su articulación inter e intra sectorial, realizando ventas y compras de manera asociada y coordinada, creando sus propios circuitos financieros solidarios, practicar la solidaridad en el conocimiento y tecnologías, y algo principal mantener y fortalecer siempre la formación política e ideológica, conocer la realidad capitalista. (Montoya: Las microempresas y la expoliación, 01.09.2009, Contrapunto).

La praxis, la coherencia entre reflexión y acción es urgente.





El País Y La Victoria Electoral De Hugo Chávez.



EL PAÍS Y LA VICTORIA ELECTORAL DE HUGO CHÁVEZ.



Salim Lamrani. Opera Mundi


Desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999, el diario español El País ha adoptado una línea editorial muy crítica hacia Venezuela. El principal periódico español abandonó la imparcialidad periodística a favor de una militancia anti-Chávez.

Hugo Chávez es un presidente popular y goza de una legitimidad democrática incontestable. En efecto, desde su llegada al poder en 1999, hubo 16 elecciones en Venezuela. Ganó 15, de las cuales la última del 7 de octubre de 2012 le otorgó un cuarto mandato presidencial consecutivo por una duración de seis años. Siempre derrotó a sus rivales con una diferencia de 10 a 20 puntos.


Todas las instancias internacionales, desde la Unión Europea hasta la Organización de Estados Americanos, pasado por la Unión de Naciones Suramericanas y el Centro Carter, se muestran unánimes al reconocer la transparencia de los escrutinios. James Carter, antiguo presidente de Estados Unidos, incluso declaró que el sistema electoral de Venezuela era “el mejor de mundo”. La comunidad internacional felicitó a Chávez por su nueva victoria.

No obstante, existe un sector que apreció poco este nuevo triunfo electoral, a saber los medios occidentales, los cuales, con escasas excepciones, tomaron partido por el candidato de la oposición Henrique Capriles, contraviniendo así a la deontología periodística que exige imparcialidad y objetividad informativas.

El ejemplo emblemático de esta deriva es el diario español El País. En efecto, sus artículos postelectorales ilustran la parcialidad del periódico más importante de la Península Ibérica. Así, al día siguiente del escrutinio, el periódico lamentó que “Goliat venciera a David”, subrayando que esta victoria permitiría al “comandante” venezolano proseguir con “su caudillismo mesiánico” y gobernar “20 años seguidos”. “Demasiados”, insiste el diario.


El País expresa también su incomprensión ante la decisión de los venezolanos. ¿Cómo pudieron votar a favor de Chávez, “un antiguo teniente coronel de paracaidistas”, que “maltrata la democracia”, y “a pesar del fracaso de su gestión la incertidumbre que supone su enfermedad”, ya que se encuentra “debilitado por el cáncer que le diagnosticaron en junio de 2011”? ¿Cómo pudo conseguir un nuevo éxito a pesar de la “violencia en las calles, cortes del servicio eléctrico, promesas incumplidas y proclamas ideológicas planetarias”, a pesar de “la inflación, la moneda sobrevalorada y la deuda”?


Del mismo modo, ¿cómo Henrique Capriles, “candidato joven y popular” que “realizó una brillante campaña”, que “había hecho bandera durante su campaña de la reconciliación nacional”, que adoptó “una política de cercanía a los problemas de los venezolanos – inseguridad ciudadana, carestía, deterioro de los servicios públicos, corrupción, etcétera –, e ignoró el intercambio de golpes ideológico que le proponía el chavismo”, y que propone “un mayor respeto a las reglas democráticas y a una mejor gestión de la economía”, pudo perder por más de diez puntos de diferencia?


El diario saca sus propias conclusiones: Sólo “un pueblo envilecido hasta la anestesia por las dádivas de un caudillo instigador de resentimientos: un iluminado del odio social” pudo elegir a Chávez en detrimento de Capriles, mostrándose incapaz de ver “la ineptitud del gobernante, ni de sus abusos”.


El País también denuncia el uso “sin escrúpulos [de] los recursos del Estado” por el presidente Chávez durante sus mandatos. El diario detalla su acusación: Chávez elaboró programas sociales que permitieron la “reducción del analfabetismo, extensión de la atención sanitaria primaria, incremento del número de universitarios, [la creación de] mercados populares, etc.”. Y concluye con una crítica: “No es una política que siente bases sólidas para la generación de riqueza en el futuro”.


El diario también intenta relativizar la victoria de Chávez y subraya que el sector del “país más dinámico, generador de riqueza, productivo, hace mucho tiempo que dio la espalda al presidente”. Sólo el sector “dependiente, que está sobreviviendo y que sigue atado a Chávez y a la estructura clientelar del Estado venezolano”.


No obstante, queda una esperanza según El País. En efecto, “la Constitución venezolana establece que si el presidente fallece en la primera mitad de su mandato hay que ir a nuevas elecciones”. Así, “dudas sobre su salud que están en la mente de todos pueden abrir otros horizontes en los primeros años de su mandato”. Según el diario español, tras la derrota en las urnas, queda la esperanza de ver al presidente Chávez sucumbir a su enfermedad.


Ante semejante eventualidad, El País destila consejos a la oposición venezolana: “Tras la derrota, la oposición deberá ser capaz de mantenerse unida para afrontar con ciertas garantías las elecciones a gobernador en varios Estados que se celebrarán a mediados de diciembre y perseverar en el camino iniciado en estos comicios”. El diario concluye con una analogía histórica: Si “el dictador Juan Vicente Gómez (1908-1935) retrasó 20 años la entrada de Venezuela en el siglo XX, Chávez amenaza con hacer lo mismo en el siglo XXI”.


El tratamiento mediático de la victoria electoral de Hugo Chávez por El País es emblemático de la deriva de los medios occidentales, la mayoría de los cuales abandona su papel – informar de modo imparcial y objetivo – para transformarse en detractores celosos de los dirigentes políticos que promueven un modelo de sociedad alternativo al capitalismo neoliberal globalizado, con el fin de proteger los intereses de los grandes conglomerados económicos y financieros a los cuales pertenecen, así como preservar el orden establecido.





viernes, 23 de noviembre de 2012

El Testamento Político De Cortázar

EL ESCRITOR Y SU QUEHACER EN AMÉRICA LATINA




Discurso que debió pronunciar Cortázar en 1983 en la Universidad de Sitges y fue suspendido por motivos de salud (el escritor moriría meses después).

Hace años que muchos de los aquí presentes enfrentamos el problema que motiva esta reunión, y particularmente el que me atribuye el temario: el quehacer del escritor en América Latina. No es necesario reiterar nociones que se han vuelto muy claras para todo intelectual responsable, entendiendo por responsabilidad la conciencia de la libertad y de la autodeterminación de nuestros pueblos y la decisión de participar en el proceso que los lleve a ellas o las consolide si ya están logradas. Viejas polémicas sobre el llamado compromiso del escritor se ven hoy felizmente superadas por una problemática concreta: ¿Qué hacer además de lo que hacemos, cómo incrementar nuestra participación en el terreno geopolítico desde nuestro particular sector de trabajadores intelectuales, cómo inventar y aplicar nuevas modalidades de contacto que disminuyan cada vez más el enorme hiato que separa al escritor de aquellos que todavía no pueden ser sus lectores? Por poco dotados que estemos muchos de nosotros en el terreno práctico –y creo que somos mayoría, puesto que nuestra práctica es otra-, a nadie puede escapársele ya la importancia de esta etapa en la que los análisis teóricos parecen haber sido suficientemente agotados y abren el camino a las formas de la acción, a las intervenciones directas. Como ingenieros de la creación literaria, como proyectistas y arquitectos de la palabra, hemos tenido tiempo sobrado para imaginar y calcular el arco de los puentes cada vez más imprescindibles entre el producto intelectual y sus destinatarios; ahora es ya el momento de construir esos puentes en la realidad y echar a andar sobre ese espacio a fin de que se convierta en sendero, en comunicación tangible, en literatura de vivencias para nosotros y en vivencia de la literatura para nuestros pueblos.

El puente, como imagen y como realidad, es casi tan viejo como el hombre. Un poema ha sido siempre un puente, como una música, o una novela, o una pintura. Lo que es menos nuevo es la noción de un puente que partiendo de un lugar habitado por esas novelas, esas músicas y esas pinturas, se tienda hacia otra orilla donde nada de eso ha llegado o llega verdaderamente. Los puentes que tienden las editoriales, por ejemplo, unen a los escritores con los lectores, pero más allá de la zona de ese tráfico se abren los páramos de la soledad y de la incomunicación, quizá en menor escala en un país como éste, pero en proporciones pavorosas en el conjunto de América Latina. Y por eso la noción de quehacer, que nos reúne hoy aquí, parte obligadamente de algo que las ilusiones urbanas, los humanismos elitistas y las buenas conciencias intelectuales prefirieron ignorar o escamotear, de la misma manera que tantos gobiernos y tantas políticas se atrincheran en el circuito de las capitales y los centros urbanos, marginándose de la inmensidad de los pueblos que los rodean en un silencio de ignorancia, de opresión, de incomunicación, de extranjería, por decirlo así.

(…) Huelga decir que no estoy abogando por la facilidad, por la simplificación que tantos reclaman todavía en nombre de la inserción popular, sin darse cuenta de que todo paternalismo intelectual es una forma de desprecio disimulado. Las vanguardias intelectuales son incontenibles y nadie conseguirá jamás que un verdadero escritor baje el punto de mira de su creación, puesto que ese escritor sabe que el símbolo y el signo del hombre en la historia y en la cultura es una espiral ascendente; de lo que se trata es que los accesos inmediatos o mediatos a la cultura se estimulen y faciliten para que esa espiral sea cada vez más la obra de todos, para que su ritmo ascendente se acelere en esa multiplicación en la que cada uno, hacedor o receptor, pueda dar el máximo de sus posibilidades.

Pero ya dije que habíamos dejado atrás las teorías y que ha llegado la hora de la acción. Por eso quisiera apuntalar esta voluntad de quehacer en la forma más tangible que las condiciones actuales permiten y sobre todo reclaman. Hace poco, en un discurso que todavía sigue levantando polvo en muchas palestras, el ministro de cultura de Francia afirmó en México que una cultura indisociada de las pulsiones más profundas de los pueblos – y eso no sólo incluye las idiosincrasias étnicas, sino también las opciones históricas y políticas- no es verdaderamente la cultura. Si esta noción no es nueva, en cambio surge por primera vez con la fuerza que le da el de ser proclamada por un Gobierno dispuesto a llevarla a la práctica, lanzada como un desafío frente a las falsas culturas estabilizantes cuando no desestabilizantes, como de sobra las conoce y las sufre América Latina. Un punto de vista que hasta ahora parecía reservado a nuestro enclave intelectual y a su formulación restringida al libro, a la conferencia o a la clase magistral irrumpe hoy como un golpe de lanza en el escenario más apropiado, el de un continente de culturas escamoteadas, de culturas sojuzgadas, de culturas aculturadas, de culturas ridículamente minoritarias y elitistas, de culturas para hombres cultos.

Y por eso, cuando se me pide que hable de nuestro quehacer en este plano, digo simplemente que hay que superar la vieja noción de lo cultural como un bien inmueble e intentar lo imposible para que se convierta en un bien mueble, en un elemento de la vida colectiva que se ofrezca, se dé y se tome, se trueque y se modifique, tal como lo hacemos con los bienes de consumo, con el pan, y las bicicletas, y los zapatos.



¿Pero cómo?, me lo pregunto como imagino que muchos se lo están preguntando aquí. ¿Cómo podemos los intelectuales sacar la cultura de la cultura, de su cáscara, que definen los diccionarios y defienden los que todavía viven replegados en un elitismo mental que les parece inseparable de toda poesía, de toda creación?

Esta pregunta ha tenido ya un comienzo de respuesta a lo largo de los últimos años.

Pocos son los escritores responsables en América Latina que, al margen de sus libros, no participan de una y otra manera en el proceso geopolítico de sus pueblos, tanto en forma directa como indirecta, o bien cumpliendo actividades paralelas de información periodística, o de colaboración con organizaciones nacionales e internacionales que lucha por los derechos humanos y la autodeterminación de los pueblos, sin hablar de muchas otras tareas literarias y extra literarias de solidaridad, de apoyo o de denuncia, según los casos.

Sin embargo, esta creciente intervención intelectual en la materia misma de la historia y de los procesos populares latinoamericanos ha tenido hasta ahora un límite negativo, creado en parte por lo específico y especializado de esas actividades y en parte por el bloqueo que los regímenes opresores de nuestro continente y su vigilante padrino norteamericano oponen a la irradiación de sus líneas de fuerza, del estímulo y la influencia que estas actividades podrían y deberían tener en los niveles populares. Es por eso que nuestro quehacer debe inventar nuevas formas de contacto, abrir otro espectro de comunicaciones en todos los niveles, y es ahí donde los estereotipos profesionales (digamos vocacionales si se quiere, pero agregando que escribir no es sólo vocación, sino traslación, comunicación), es precisamente ahí donde nuestros estereotipos demandan una autocrítica profunda que no todos hemos sido capaces de hacer hasta ahora.

Lo que sigue podrá parecer pueril, pero si el viejo adagio dice que el niño es el padre del hombre, ¿por qué callarlo en nombre de una seriedad adulta que no siempre lleva a buen puerto? Se habrá advertido ya que me abstengo hoy de toda incursión o digresión literaria, y la única excepción estará destinada a marcar aún más esta distancia.

Quisiera recordar solamente que en 1812 el poeta Shelley sintió exactamente lo que estamos sintiendo hoy aquí, y que su deseo de comunicar lo más ampliamente posible sus ideas revolucionarias le llevó a echar botellas al mar y lanzar globos al aire con mensajes destinados a todo aquel que los encontrara. Su aparente excentricidad le valió los peores ataques del stablishment de su tiempo y el comienzo de una persecución política que debía conducirle finalmente al exilio, y la peor acusación de sus enemigos fue la de puerilidad.

Cito así a uno de mis poetas más queridos, pensando que hace unos años, en una reunión de solidaridad para con el pueblo de Chile que se celebró en Polonia, propuse –supongo que con la misma puerilidad de Shelley- algunas actividades que podían reemplazar con ventaja tantas afirmaciones tribunicias que no siempre van más allá de las palabras y de quienes se conforman con ellas. Sugerí, por ejemplo, que en vez de lamentarse tanto por la censura impuesta por Pinochet a los libros editados en Chile o
provenientes del extranjero, cada uno de nosotros se ingeniara para enviar paquetes de libros por vía marítima, que cuesta muy poco, a personas capaces de distribuir su contenido, y hoy sé que muchos jóvenes chilenos tuvieron y tienen oportunidad de leer lo que unos cuantos depositamos en el correo de la esquina de nuestra casa, como ahora lo estamos haciendo para el pueblo nicaragüense por razones muy diferentes, pero igualmente necesarias. Aludí también a la posibilidad de perfeccionar las emisiones de onda corta con destino a Chile, Argentina y Uruguay, no sólo como vehículo de información fidedigna sobre todo aquello que los Gobiernos de esos países escamotean
y distorsionan (y la guerra de las Malvinas acaba de dar un ejemplo monstruoso de cómo se puede mentir a un pueblo incluso hasta después de la catástrofe final) sino también como presencia viva de escritores exiliados, cuya voz y cuya obra podría llegar a miles de oyentes sometidos a la censura de las publicaciones por escrito y de las radios o televisoras locales.

¿Es pueril, es insignificante todo esto? Muchos de nosotros hemos grabado casetes que son introducidas fácilmente en nuestros países y que tienen un valor a la vez intelectual y político, y muchos hemos aprovechado las facilidades del vídeo para multiplicar una presencia o por lo menos una cercanía. ¿Por qué escritores que se limitan específicamente a escribir artículos que casi nunca pueden entrar en sus países no toman contacto con equipos de vídeo, cada vez más accesibles y numerosos en los sectores militantes latinoamericanos, para burlar fácilmente las barreras de la censura? Yo acabo de hacerlo para los combatientes salvadoreños, y sé de muchos compañeros que lo hacen para Guatemala, Argentina y Chile. Si es cierto que la imaginación es y será nuestra mejor arma para tomar el poder, entendiendo por poder una participación más estrecha y más eficaz en la lucha del pueblo por su identidad y su legítimo destino, nuestro quehacer tiene que articularse a base de técnicas más eficaces que las consuetudinarias, menos estereotipadas que las que emanan de nuestras tradicionales etiquetas de cuentistas, poetas, novelistas y ensayistas, y todo eso sin dar un solo paso atrás en lo que nos es connatural, pero vehiculándolo de una manera capaz de llegar allí donde nunca llegará si seguimos en nuestro viejo circuito rutinario, por más bello, avanzado y audaz que sea en sí mismo.

Y por eso espero que a esta altura de lo que digo nadie sonreirá irónicamente si hago referencias a posibilidades tales como las tiras cómicas, así denominadas por una mala traducción del inglés y que sería mejor llamar relatos gráficos. Sabemos que los dibujos humorísticos de contenido satírico – eso que los anglosajones llaman cartoons- han probado desde hace siglos su eficacia política incluso en países donde la censura se ensaña contra todo lo que considera serlo, pero se ve obligada a dejar pasar lo meramente cómico, tras de los cual alienta una seriedad que el pueblo descifra y asimila infaliblemente. Por desgracia, es evidente que este arte tan importante nos ha sido dado a los escritores, incapaces en la mayoría de los casos de imaginar un tema de ese tipo y mucho menos de dibujarlo. la tira cómica, en cambio, supone casi siempre la colaboración de un dibujante y un escritor; es como un cine inmóvil, un relato en el que participan la imagen y la escritura, el guión con todo su contenido intelectual y los personajes representados por una pluma capaz de darles vida y conectarlos con la sensibilidad del lector/ espectador. Este género tiene magníficos exponentes en casi todos los países latinoamericanos, pero el trabajo individual de talentos, como el de Rius en México; Quino, en Argentina, y tantos otros sin duda bien conocidos por ustedes, abre la posibilidad de multiplicar sus efectos si los escritores forman equipo con los dibujantes y llevan la tira cómica a dimensiones que no tienen por qué ser inferiores a las de la literatura narrativa. Hace unos años yo robé una tira cómica mexicana
que me incluía con gran desenvoltura como uno de los personajes de las aventuras de Fantomas, una especie de superman idolatrado por millares de lectores populares, y con ayuda de amigos publiqué un falso equivalente, cuyo verdadero fin era denunciar a las transnacionales y poner en descubierto las más sucias tareas de la CIA en América Latina. La edición se agotó en seguida gracias a Fantomas, por supuesto, que una vez más se metió por la ventana y no por la puerta de sus lectores, pero ahora con una finalidad muy diferente de las que le habían dado tanta fama en México.

Y ya que estamos en esto, ¿qué decir de esa otra plaga moderna, que podría ser convertida en un fascinante mensaje cultura, como es el caso de las fotonovelas? La asociación inteligente de escritores y fotógrafos abre un campo inmenso a la imaginación popular, pero ya sabemos lo que se publica hoy en revistas que embrutecen a millares de lectores ingenuos y llenan los bolsillos de las transnacionales. me quedaría por citar el arma más extraordinaria, más delirante, más operativa: la televisión. Alguien me dirá en seguida que ella, como el cine, está en manos del gran capital y que nadie accede a sus santuarios sin la censura previa de los lavadores de cerebros; pero es triste comprobar que en América Latina hay países, como Cuba y Nicaragua, que tienen canales que son del pueblo y para el pueblo, y que, sin embargo, continúan obedeciendo en gran medida a la ley de la facilidad y del conformismo, simplemente porque los escritores, los artistas, todos nosotros, con nuestras etiquetas, hemos sido incapaces hasta hoy de tomar por asalto esos reductos desde donde la verdadera cultura podría abrirse paso hasta los lugares más alejados y más desposeídos. Tal vez las únicas excepciones dignas en el terreno artístico sean el cine y el teatro, puesto que en América Latina se dan con un acento cada vez más revolucionario; es bueno poder decir que su ejemplo tiene un alto valor en esta hora en que nos preguntamos, siempre un poco desconcertados, por las formas posibles de nuestro quehacer intelectual.



Como bien saben los escritores, el azar es nuestro mejor Virgilio en este infierno histórico en que vivimos, y él me ha guiado en estos días hacia unas páginas del escritor venezolano Luis Britto García, que hablando en un encuentro celebrado en Managua en julio del año pasado se refirió admirablemente a la incomunicación de la cultura en América Latina. De su ponencia quisiera citar estas líneas, que sólo él podía escribir con tanta lucidez, y que tras de referirse a la ofensiva de las transnacionales y de los medios de comunicación para alienar el espacio cultural latinoamericano, mostrando que la única cultura que ellas buscan en nuestro continente es la cultura imperialista que niega al ser humano, lo explota y lo discrimina, agregan lo siguiente: “ Ello plantea, para el intelectual latinoamericano, la tarea de servirse de los medios de comunicación de masas aun en aquellos países en los cuales no hay perspectivas revolucionarias inmediatas. Posiciones muy respetables han afirmado el derecho del creador a desligar su obra de toda militancia a favor del contenido estético. Pensamos, por el contrario, que la urgencia de la hora impone al intelectual una triple militancia: la de la participación en las organizaciones políticas progresistas; la de la inclusión del compromiso en el contexto de su obra, y la tercera militancia de batallar por la inserción de su obra en el ámbito real de los medios masivos de comunicación, anticipándose así a la revolución política, que concluirá por ponerlos íntegramente al servicio del pueblo. Porque mientras la política no asegure la liberación cultural de nuestra América, la cultura deberá abrir el camino para la liberación política”.

Sé muy bien que podemos discutir los matices de esa triple militancia, y que por mi parte no creo que el compromiso deba ser una constante invariable en la obra de un escritor, ni mucho menos, puesto que la pura ficción es también una levadura revolucionaria cuando procede de un autor que su pueblo reconoce como uno de los suyos.

Pero sí creo, con Britto García, que nuestro quehacer tiene que abrirse en todas las direcciones posibles, según las vocaciones y las posibilidades de cada uno, y que desligar la obra de toda militancia es dar la espalda a nuestros pueblos en nombre de supuestos valores absolutos que el huracán de nuestro tiempo contemporáneo convierte en hojas secas y en olvido. De sobra sabemos que en América latina hay escritores que no renuncian a la feria de las vanidades editoriales y a los galardones de la sociedad privilegiada que los adula, y que se obstinan en el anacrónico refugio de sus torres de marfil. Nada han hecho ni nada harán para evitar que un día pueda caer también sobre ellos el fuego del NAPALM o la bomba de neutrones; acaso creen, basándose en lecturas esotéricas, que el marfil les protegerá de las radiaciones.

Podría seguir proponiendo quehaceres, como, por ejemplo, el de la asociación de la música popular con textos que la salven de la sensiblería, el conformismo y la vulgaridad, que sigue siendo en gran medida la norma comercial y que el público absorbe ingenuamente. Las llamadas canciones de protesta, así como las de la nueva trova cubana y las de muchos artistas españoles y de otros países, han mostrado ya el camino, y por mi parte sé que algunos tangos que hicimos en París con amigos argentinos y que obviamente fueron prohibidos en el Río de la Plata, viven hoy en la memoria de quienes los escucharon por vías clandestinas. pero me detengo aquí, porque todo esto no es una lección para nadie, sino una manera de concretar lo mejor posible una esperanza y traer algo más que ideas teóricas a una reunión que espera otra cosa de todos nosotros. Terminaré con otra esperanza, la de un quehacer fundamental que no puedo pasar por alto y que toca directamente a esa inmensa multitud de los latinoamericanos exiliados en tantos pedazos del mundo. Si ese exilio ha de tener algún sentido, no erá a base de negatividad, de todo lo que comporta de sufrimiento y de nostalgia, sino de una inversión total de valores que le den esa fuerza que hace temible al bumerang: la fuerza del regreso. Todo aquel que no haya renunciado a esa voluntad de regreso puede y debe poner su capacidad y su imaginación al servicio de su pueblo, y a los intelectuales se les abren no sólo posibilidades como las que he esbozado aquí, sino todas aquellas que puedan nacer de su propia invención, siempre capaz de saltar de la página escrita, de la novela o del poema, a la arena más que nunca inevitable y preciosa de la realidad latinoamericana, ese inmenso libro que podemos escribir entre todos y para todos.

Por más crueles que puedan parecer mis palabras, digo una vez más que el exilio enriquece a quien mantiene los ojos abiertos y la guardia en alto. Volveremos a nuestras tierras siendo menos insulares, menos nacionalistas, menos egoístas; pero esa vuelta tenemos que ganarla desde ahora, y la mejor manera es proyectarnos en obra, en contacto, y transmitir infatigablemente ese enriquecimiento interior que nos está dando la diáspora. Este seminario de escritores amigos, entre los cuales hay tantos exiliados, ha nacido del generoso deseo de una universidad en tierra española que quiso acogerme en su seno y reunirme con todos aquellos que amo y respeto. Ella comprenderá mi gratitud si digo que mi esperanza más honda es la de que nuestro encuentro sea ya un momento útil en ese quehacer que nos preocupa. Porque no es la reunión misma a que tiene importancia. sino su irradiación hacia una América Latina profundamente solitaria, la de millones de hombres para los cuales no hay reuniones, no hay libros, no hay puentes. Si cada uno de nosotros ayuda a proyectarla hacia nuestros pueblos por todos los medios a su alcance, no habremos venido inútilmente a Sitges, no habremos hablado para el silencio.




Malabia :: arte cultura y sociedad
Año 3 Número 29 Diciembre 2006
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