Los soldados que regresan a EE.UU. deambulan como una suerte de fantasmas de una guerra impopular.
por Alejandro Tapia, Compartir24
Como Rambo. Ese es el estereotipo que, desde Vietnam, han enfrentado los veteranos de guerra en Estados Unidos. Si bien durante el conflicto en el sudeste asiático los ex combatientes eran tema de debate recurrente en la sociedad norteamericana, los soldados que hoy regresan de Irak y Afganistán prácticamente pasan inadvertidos, casi como una suerte de fantasmas de una guerra impopular. Sin embargo, están ahí, e incluso protagonizan un creciente y grave problema.
Como Rambo. Ese es el estereotipo que, desde Vietnam, han enfrentado los veteranos de guerra en Estados Unidos. Si bien durante el conflicto en el sudeste asiático los ex combatientes eran tema de debate recurrente en la sociedad norteamericana, los soldados que hoy regresan de Irak y Afganistán prácticamente pasan inadvertidos, casi como una suerte de fantasmas de una guerra impopular. Sin embargo, están ahí, e incluso protagonizan un creciente y grave problema.
Actualmente, según informa la revista Newsweek, unos 18 veteranos de las distintas guerras en que ha intervenido EE.UU. se suicidan al día, es decir, cada 80 minutos un ex uniformado se quita la vida.
La cifra es tan alarmante que el número de suicidios entre ex soldados supera los 6.466 muertos en el territorio iraquí y afgano entre 2001 y 2012.
Así, por ejemplo, en 2009 hubo 1.868 intentos de suicidio de veteranos de ambas guerras, de los cuales se concretaron 100. Según el Departamento de Asuntos de Veteranos, en 2010 hubo un promedio de 950 intentos de suicidio al mes, de los cuales un 7% se concretó. Así, ese año hubo casi 800 suicidios de veteranos, mientras que 553 murieron en el campo de batalla. Según las estadísticas, de los sobrevivientes de los suicidios, un 11% vuelve a intentarlo en los siguientes nueve meses.
Aunque para muchos el tema es “incómodo”, la prensa estadounidense no ha ocultado esta tragedia. Esta semana, la revista Newsweek publicó un largo artículo que sostiene que la principal causa de este fenómeno tiene que ver con el trauma que provoca entre los veteranos el haber matado a alguien en combate, algo que muchos no soportan y, como vía de escape, se quitan la vida.
Recientemente, la revista Forbes señaló que el problema “es tan serio que los veteranos de Estados Unidos representan el 20% del total de suicidios en el país -que llegan a 36.909-, pese a que sólo el 1% de los estadounidenses ha participado en las Fuerzas Armadas”.
Incluso, la tasa de suicidios entre soldados activos aumentó desde 10 casos por cada 100.000 personas, en 2004, a 22 casos por 100.000 en 2010, según datos de las Fuerzas Armadas. Así, mientras en 2003 un total de 77 soldados se suicidaron, en 2009 esta cifra llegó a 160.
También el propio Barack Obama se ha referido a los veteranos durante la campaña. A fines de abril, el presidente demócrata emitió una orden ejecutiva para que el país asista y proteja a los veteranos de guerra. “Les prometí que cuando regresaran iba a pelear por ustedes como ustedes han peleado por nosotros”, dijo Obama durante una ceremonia en el Fuerte Stewart, en Georgia, sede de la II División de Infantería. “La generación del 11/9 ha escrito uno de los capítulos más importantes en la historia del país”, concluyó. Sin embargo, las palabras del mandatario no han sido lo suficientemente convincentes para muchos. De hecho, la semana pasada, durante la cumbre de la OTAN en Chicago, unos 50 miembros de la agrupación Veteranos de Irak contra la Guerra devolvieron sus medallas y las tiraron a la calle. “Lamento profundamente la destrucción que hemos causado en estos países y en todo el mundo”, señaló uno de los veteranos.
Alrededor de 2,4 millones de soldados han servido en Irak y Afganistán, muchos de los cuales se encuentran con una dura realidad tras su regreso a EE.UU.: no tienen trabajo, sufren estereotipos como la película de Sylvester Stallone y, según Forbes, apenas el 49% recibe una evaluación mental completa dos semanas después de haber solicitado tratamiento. Incluso, en algunas ciudades deben esperar dos meses y medio para ser atendidos. En cuanto al desempleo, se estima que el número de ex soldados que pasaron por Irak y Afganistán que no tienen trabajo supera los 300 mil.
Y no son pocos los veteranos que ni siquiera tienen un lugar donde vivir. Según el diario The New York Times, el número de veteranos sin hogar llegó a 144 mil en 2010, mientras que los ex soldados que se vieron obligados a usar refugios de emergencia subieron a 149 mil. De acuerdo con una encuesta del Centro de Estudios Pew, mientras el 96% de los ex combatientes post 11 de septiembre está orgulloso de haber luchado en la guerra, el 44% reconoce que le ha sido difícil adaptarse a la vida civil. En contraste, un 25% de los veteranos que sirvieron en anteriores guerras manifestó dificultades similares.
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