jueves, 9 de agosto de 2012

Houtart: “la vida es la meta común”

Entrevista con Francois Houtart, sociólogo marxista y miembro del movimiento antiglobalización


Por Roberto Flores, Contraportada. 07 Agosto 2012

SAN SALVADOR-Su nombre, aunque difícil de pronunciar, es muy conocido entre los movimientos antiglobalización que se resisten al avance del capitalismo por el mercado mundial. 

De hecho Francois Houtart es más conocido por su sobrenombre, forjado por las décadas en que vestía sotana y pregonaba la teología de la liberación en Centroamérica: “el Papa antiglobalización”.

Houtart, sociólogo nacido en Bélgica, estuvo hace unos días en El Salvador invitado por el Centro de Investigación sobre Inversión y Comercio (CEICOM) para participar en un foro en el que se discutió un tema muy en boga por estos días: la crisis del capitalismo y las alternativas ante su inevitable fracaso.

Darle forma a un modelo económico alternativo, asegura, implica mejorar la relación con el planeta, pasando de un esquema de explotación desmesurada de sus recursos a una consciencia de que la existencia de la humanidad está atada a la sobrevivencia de la Tierra. 

Es una propuesta que ha expuesto desde la organización internacional Centro Tricontinental (CETRI), de la cual es fundador, en foros como la Cumbre de los Pueblos, que convoca a movimientos sociales de toda Latinoamérica, en donde afirma que su visión es compartida.

Es un asunto, según dice, del que depende el futuro de lo más importante que tenemos: la vida.

Se está hablando mucho de proponer nuevos modelos económicos como alternativas al capitalismo ¿cuál es el punto de partida de estas afirmaciones?

El punto de partida es la consternación de que el sistema capitalista ya ha llegado al fin de su ciclo histórico, es decir que no es sostenible porque es tan destructor del planeta y de la humanidad que realmente está terminando con ambos, especialmente por el aspecto ecológico. 

He visto, por ejemplo, en Río de Janeiro, en la Cumbre de los Pueblos que se realizó al mismo tiempo que la cumbre internacional de Naciones Unidas sobre el clima (Río+20, llevada a cabo en Brasil en junio pasado), y todas las informaciones que hemos recibido allá son extremamente alarmantes: hay realmente una situación en la que estamos destruyendo el planeta, al punto que para regenerar la naturaleza necesitaríamos de un planeta y medio, pero el problema es que solamente tenemos uno.

Es un ejemplo, no es el único aspecto, hay aspectos sociales también, millones de personas, campesinos, que son echados de sus tierras por el desarrollo de los agrocombustibles, por el monocultivo, por la minería, etc. Y así todo el modelo es un modelo destructor de la naturaleza y de los seres humanos. Ese es el punto de partida.

Ahora surge la pregunta ¿cuál es la solución? Hay algunos que dicen “bueno vamos a regular el sistema”, porque el mercado no se regula por sí mismo y debemos de tener instancias como el Estado e instituciones internacionales parar regular el sistema; pero están quienes dicen , y esa es nuestra posición, que no basta regular, porque la situación es que debemos encontrar una alternativa o alternativas, y es por eso que también hemos trabajado en la búsqueda de un nuevo paradigma para la vida de la humanidad en el planeta, lo que yo llamo el bien común de la humanidad: cómo construir el bien común de la humanidad como un paradigma post capitalista.

El capitalismo ha sabido regenerarse en el pasado, hay quienes dicen que se recuperará de esta crisis…

Es el fin. Pero este fin puede durar un largo tiempo porque el capitalismo no va a caer por sí mismo, es una lucha y debemos de continuar la lucha de verdad. El genio del capitalismo es que aprovecha sus propias contradicciones para continuar la acumulación del capital. Por ejemplo, en Europa, una de las industrias principales ahora es la industria de los desechos, es decir de las contradicciones del capitalismo para continuar su ganancia y su acumulación.

El capitalismo tiene todavía muchas posibilidades, no digo de salvarse, sino de regenerarse, de encontrar soluciones parciales y por eso el problema se convierte en una lucha, una lucha social, una lucha de clases a escala mundial y de organización de los movimientos sociales y de las organizaciones progresistas para definir justamente un nuevo paradigma para transformar la relación con la naturaleza y el sistema económico, que pone el acento sobre el valor de cambio y no sobre el valor de uso.

El capitalismo tiene solamente un valor que es el valor de cambio, que significa que todo debe de transformarse en mercancía para la ganancia del capital; pero tenemos el valor de uso, es decir cuál es la utilidad que obtiene un producto para los seres humanos. Eso es totalmente secundario en el capitalismo.

También necesitamos generalizar la democracia en todas las instituciones y en las relaciones humanas entre hombres y mujeres, y finalmente aceptar la intercontinentalidad y no definir el desarrollo solamente desde la cultura occidental, sino con la contribución de todas las culturas, redes, religiones, etc, para construir también la ética necesaria.

Pero el capitalismo está bien enraizado en nuestra cultura ¿qué tan difícil es construir una nueva alternativa considerando eso?

Este no es solamente un problema de índole económico, es un problema político-cultural, casi es un problema espiritual, es decir que debemos, como el Che Guevara había dicho, construir un nuevo hombre, transformar las mentalidades, por ejemplo en el consumo: el tipo de consumismo que tenemos más y más como cultura generalizada en la clase media, eso es lo que debemos transformar.

Yo veo algunos esfuerzos en este sentido en Europa, pero también en algunos países latinoamericanos donde se habla por ejemplo de decrecimiento del consumo, es decir, consumir menos para una calidad de vida mejor, menos ir al McDonald’s, menos ir a los productos y servicios que el capitalismo nos propone y así ser maestros de nuestro propio consumo en función de necesidades y no en función de la publicidad de los grandes medios, que nos animan a consumir las cosas que fabrica el capital.

Es un problema donde realmente la cultura, la educación pero también la espiritualidad y la religión, tiene una contribución.

¿Hacia dónde debe dirigirse este cambio en todas esas instituciones que menciona?

En el plan político la orientación fundamental debe de ser precisamente la democracia, la democracia de todas las instituciones, y se ve que hay esfuerzos, en América Latina en particular, para desarrollar lo que se llama una democracia participativa, lo cual es importante.

Pero también se debe de aplicar en el campo económico, por ejemplo en toda la manera de producir, más poder de los trabajadores y más poder de los consumidores. Se trata de hacer penetrar la idea de la democracia para construir sujetos, es decir seres humanos que son sujetos de la construcción de su sociedad y no solamente clientes de un partido político.

Hablaba hace rato de construir el bien común de la humanidad ¿qué implica esa expresión?

Para mí es la posibilidad de crear y de reproducir la vida del planeta y de los seres humanos frente a un sistema que es un sistema de muerte, el sistema capitalista. 

Es crear las condiciones que permitan asegurar la creación de la vida y su reproducción. Es algo muy general, pero debemos ahora concretizar estos cuatro puntos que ya he citado: cómo relacionarse con la naturaleza, no una relación de explotación sino una relación como fuente de vida; cómo realizar la economía, no solamente como una ganancia para una minoría sino para la producción del valor de uso, es decir, producir lo que necesitamos; cómo organizarnos colectivamente sobre la base de la democracia generalizada y finalmente cómo asegurar la interculturalidad

Parece algo difícil tomando en cuenta las diferencias sociales y culturales que existen en todo el mundo…

Somos una gran diversidad y eso significa que todos los pueblos, todas las civilizaciones, tienen un papel en esta construcción, por lo que no se puede proponer un modelo único para todo el mundo. Cada sociedad en cada región se debe redefinir en sus principios en función de la realidad concreta de cada uno. Eso es ser una gran diversidad pero con una meta común, que es la vida.

¡Si no defendemos la vida no hay más existencia!

¿Qué opina de las alternativas que están tomando forma en algunas partes de Latinoamérica

Es muy importante, porque es el único continente donde esto está pasando. Sin embargo debemos de analizarlas y pienso que hay diferencias. Hay transformaciones que son de tipo social demócrata como en Brasil, donde el capitalismo está aceptado como manera de crecer y el aspecto social converge con la parte de la ganancia destinada para la gente, y de verdad hay millones de personas que salieron de la pobreza. Es un logro, pero sin transformar el sistema.

Hay también otro modelo que podríamos llamar una izquierda desarrollista, es decir que tienen como modelo un desarrollo económico clásico basado sobre la explotación de la naturaleza, la minería, el petróleo, los agrocombusitbles, a veces también los transgénicos, etc. No es realmente una nueva concepción de desarrollo y evidentemente encuentra resistencias, especialmente en los campesinos o los pueblos indígenas. Ese es un poco el caso de Ecuador y Bolivia.

Finalmente hay un modelo, que en realidad no está realmente bien elaborado todavía, que podemos llamar eco socialismo. Ya se habla mucho de eso en Venezuela que está introduciendo la dimensión ecológica en la definición del socialismo, que en su fase europea, o ahora en China, no ha sido muy respetuoso de la naturaleza. 

Se trata de desarrollar un socialismo que respete la naturaleza, y con la consciencia de que esa relación no es solamente proteger los pájaros o las mariposas, sino que es una relación social: los ricos son los que destruyen más a la naturaleza que los pobres.

Hay que integrar esta dimensión en la visión y en las políticas, pero todavía es un principio que espero que se desarrolle más, particularmente a partir de la experiencia de Venezuela.

¿Podremos ver desarrollado un modelo así?

Bueno yo pienso que hay una posibilidad, pero todo depende de la orientación de las luchas sociales y de las orientaciones políticas.

Si nos quedamos como aquí en El Salvador o como en Argentina, Uruguay o Brasil, con la adopción del capitalismo como modelo de crecimiento, o si aceptamos que como en otros países, como en Ecuador o Bolivia, que debemos solamente regular el capitalismo, no iremos muy lejos.

Debemos ir mucho más lejos y ser mucho más radicales al mismo tiempo que debemos definir transiciones, porque no es de un día a otro que se puede transformar todo. No podemos pedir a Venezuela cerrar todos sus pozos de petróleo mañana, no podemos pedir a Evo Morales cerrar todas sus minas mañana, pero sí podemos pedir que se establezcan planes de transición: cómo vamos a transformar, cuáles son los pasos, eso me parece absolutamente posible.

Pero significa por un aparte una voluntad política real y por otra parte fuerza y voluntad social.

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