martes, 28 de agosto de 2012

“Hay que poner la ética del cuidado como centro de los derechos humanos”

Pulicado por Sandra Chaher | Publicado el 30 julio, 2012

La presentación la pasada semana del libro Las lógicas del cuidado infantil- Entre las familias, el Estado y el mercado fue una oportunidad de retomar un tema que lentamente se instala en el debate de la agenda social local aunque aún no llegó al diseño de las políticas públicas: la organización social del cuidado de las personas dependientes. El evento tuvo comentaristas de lujo: Carina Lupica, Marcela Cerrutti y Diana Maffia.

COMUNICAR IGUALDAD- Las lógicas del cuidado infantil- Entre las familias, el Estado y el mercado fue compilado y escrito en la mayoría de sus artículos por Valeria Esquivel, Eleonor Faur y Elizabeth Jelin -algunas de las investigadoras pioneras en el tema de cuidados en Argentina- y editado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES).

Centrado en el cuidado infantil, el libro presenta el tema desde un capítulo inicial escrito por las tres compiladoras, en el que se da un panorama general de la temática, la evolución teórica del concepto de cuidados, algunos de los nudos de debate en torno al tema y el rol del Estado en el mismo. El segundo capítulo –escrito por Elizabeth Jelin- está dedicado a la transformación de las estructuras de las familias en los últimos años en Argentina; el tercero –a cargo de Valeria Esquivel- retoma y redimensiona la encuesta de uso del tiempo realizada en la ciudad de Buenos Aires en el 2005; el cuarto –realizado por Eleonor Faur- da cuenta de una investigación sobre el cuidado infantil en dos barrios populares de Buenos Aires a través de entrevistas a mujeres; el quinto –realizado por Francisca Pereyra- es una actualización del estado legislativo de la situación de las trabajadoras de casas particulares, y el quinto – a cargo de Matías Bruno- es un ensayo fotográfico sobre el tema.

“El libro es un aporte muy relevante al análisis de la reproducción de las inequidades de género y clase en Argentina –observó una de las invitadas a comentar el libro, Marcela Cerrutti, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y del Centro de Estudios de Población (CENEP)-. La economía del cuidado es un tema de tratamiento reciente en Argentina, no así en otros países. Antes, a fines de los 70 y comienzos de los 80, la perspectiva teórica que abordaba el tema intentaba contabilizar el aporte económico de la actividad doméstica. La economía del cuidado, en cambio, valoriza el rol del cuidado, la forma en que cada sociedad define cómo y quién cuida a sus ciudadanos, que rol tendrán la familia, el estado, el mercado y las comunidades en el tema”.

Cerrutti destacó aspectos de cada capítulo. En el caso de Esquivel: la propuesta de que tanto mujeres como varones tengan jornadas de trabajo menos intensan que les permitan disponer de tiempos para el cuidado de niñas y niños y la intervención del Estado sobre el mercado para que dentro de las parejas se concreten mejores acuerdos en torno a la organización del cuidado familiar. En el capítulo de Faur: la observación que subyace al texto sobre la responsabilidad que recae en las familias, y fundamentalmente en las mujeres, cuando el mercado y el Estado no se hacen cargo de los temas de cuidado. “Y la inquietud que genera que el cuidado que en el pasado se resolvía en redes familiares hoy tenga una retribución monetaria, aunque siga siendo familiar”. Sobre el capítulo de Pereyra, la necesidad de investigar la diversidad en el perfil de las/os empleadoras/os y no sólo de las personas que se hacen cargo del trabajo en casas particulares. Y la pregunta sobre la jerarquización de este tipo de empleo. “Quizá en una sociedad más democrática e igualitaria este servicio debería desaparecer y quienes lo dan pasarían a desempeñarse en instituciones” avizoró Cerruti. Y sobre el ensayo fotográfico de Matías Bruno observó cómo aparece en él una gran diversidad de formas de cuidado y el afecto y no sólo la obligación de la tarea”.

Otra de las comentaristas, Carina Lupica -directora ejecutiva del Observatorio de la Maternidad- recordó la observación de Sonia Montaño –responsable de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) – sobre que “la llamada crisis del cuidado no es otra cosa que un síntoma de la emancipación de las mujeres”y presentó un dato del organismo que preside que dice que las mujeres en Argentina realizamos el 50% del aporte de los ingresos de los hogares (en promedio), lo cual hace difícil comprender por qué participan menos que los varones en el mercado laboral, sobre todo en la etapa de crianza de niñas y niños pequeños. “¿Cómo concilian trabajo y familia las mujeres en Argentina” se preguntó retóricamente Lupica: “Se dedican sólo al trabajo o solo a la familia; trabajan en condiciones informales o menos horas de las que querrían; o salen del mercado laboral cuando son madres. Todo lo cual tiene un costo fuerte para las trayectorias profesionales, para la productividad de las empresas y para el país. Y sin embargo, el tema no es una estrategia de políticas públicas”.

Diana Maffia –filósofa y consejera académica del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires y la tercera comentarista invitada- señaló tres aciertos del libro: la elección del tema, que “aglutina muchísimos saberes y permite darles dinámicas diferentes a la concepción de lo público y lo privado, lo doméstico y lo político, lo comunitario y lo mercantil”; la conjunción autoral, “son personas que hace mucho tiempo trabajan el tema, hay mucho saber concentrado”; y la suma de capítulos con un orden casi exacto para recorrer el tema, y el fuerte marco feminista del mismo: “Hay una ruptura con la localización de la familia dentro del hogar –observó-. El trabajo colabora a elaborar una teoría de la dependencia, diferente a la de los 70 (risas), que nos dice quienes someten y quienes son sometidos y la enorme plusvalía económica y emocional del cuidado”.

Maffia se refirió también al tipo de políticas públicas que se deberían promover para transformar la lógica actual de los cuidados. “No alcanza con pedir políticas públicas para los cuidados, sino que éstas no deben ser domesticadoras otra vez. Si los planes del Estado se usan para que las mujeres se queden al cuidado de los hijos a cambio de un dinero, se vuelve a la domesticidad. Las mujeres no debemos hacernos cargo del cuidado por portación de hormonas. Con las políticas sociales podemos promover la igualdad o afianzar las desigualdades. Esta es una advertencia sumamente importante que hace el libro”.

Eleonor Faur, una de las autoras y oficial de Enlace en Argentina del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), asumió desde ese cargo el compromiso político con el tema. “Estamos a poco tiempo de la revisión de los 20 años de la Conferencia de Población de El Cairo –observó-. Y en ese sentido, mi compromiso con esta agenda me insta a señalar que tal vez los cuidados son algunos de los temas sobre los cuales habrá que poner énfasis en ese encuentro. La cuestión de los derechos sexuales y reproductivos tiene esta otra pata de lo reproductivo visto desde el cuidado. Qué deudas tenemos desde la perspectiva del cuidado en relación a lo productivo y reproductivo. Hay que poner la ética del cuidado también como centro de los derechos humanos”.

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