Octubre,
21 abril, 2012.
Los franceses acudirán a las urnas este domingo
para la primera vuelta de las elecciones presidenciales en las cuales se
perfilan François Hollande y Nicolás Sarkozy como casi seguros protagonistas de
la decisión final.
Si bien es incierto precisar el orden en que
terminarán ubicados, todas las encuestas publicadas durante el último día de
campaña otorgan la ventaja a Hollande, propuesto por el Partido Socialista
(PS).
Las muestras otorgan al aspirante socialista
entre 29 y 30 puntos, frente a 26 y 27 de su principal rival.
La diferencia, sin embargo, no rebasa el margen
de error de los sondeos, por lo que de hecho existe un empate técnico con
Sarkozy, quien aspira a la reelección al frente de la Unión por un Movimiento Popular.
Esta incertidumbre también existe en la
determinación del tercer lugar en la contienda, donde Jean-Luc Mélenchon, del
Frente de Izquierda, está muy cerca de Marine Le Pen, del ultraderechista
Frente Nacional.
Diversos analistas, entre ellos Thomas Wieder,
señalan que una característica de este proceso electoral es llegar al fin de la
campaña sin mayor claridad sobre el orden de los primeros puestos.
Para Hollande y Sarkozy no se trata de un asunto
de menor importancia, pues ambos están conscientes de que terminar vencedor en
primera ronda aporta una gran ventaja táctica y psicológica de cara a la
votación decisiva, programada para el 6 de mayo.
La elección comenzará este sábado en los
departamentos franceses de ultramar y en los consulados ubicados en el
continente americano para compensar el uso horario.
El domingo a las 08.00 de la mañana hora local
(06.00 GMT) 85 mil centros receptores de votos comenzarán a funcionar en
escuelas, alcaldías y otros lugares públicos de todo el territorio continental
francés y la isla de Córcega.
Las urnas estarán abiertas 10 horas en los
municipios pequeños y 12 en las zonas de mayor concentración de habitantes.
Durante todo el día estará estrictamente
prohibido publicar resultados parciales y las autoridades electorales lograron
un acuerdo con nueve empresas de investigaciones de opinión para que se
abstengan de transmitir informaciones dentro y fuera del país.
Finaliza así una campaña que oficialmente comenzó
el 9 de abril, pero en la cual estaban imbuidos todos los partidos políticos
desde el año pasado.
En un determinado momento se llegaron a mencionar
16 posibles candidatos al Elíseo, pero sólo 10 de ellos consiguieron reunir el
apoyo de 500 funcionarios elegidos por votación popular, fuesen alcaldes,
diputados a la
Asamblea Nacional, al Parlamento Europeo o Senadores.
Una de las grandes incógnitas de este domingo
será el comportamiento del abstencionismo, el cual podría ser alto, según
algunas encuestas.
De acuerdo con un sondeo publicado horas antes
del fin de la campaña, una cuarta parte de los franceses aún no estaban
decididos a asistir a las urnas o no sabían a favor de quien depositar su voto.
Hace cinco años la abstención rebasó ligeramente
el 16 por ciento y el récord histórico se registró en 2002, cuando se elevó al
28,4 por ciento.
Una vez conocidos los resultados oficiales de la
primera vuelta comenzará una nueva etapa de dos semanas, durante las cuales
será tan importante el proselitismo directo como la capacidad de hacer
negociaciones y acuerdos por parte de los dos partidos que irán a la ronda
decisiva.
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