Por: Gilberto Ríos Munguía
Nuevamente emulando las propuestas del movimiento popular hondureño, especialmente aquellas sostenidas por organizaciones de mujeres e instituciones feministas que luchan por la justicia y la equidad en los derechos de las mujeres, el Congreso Nacional de la República que preside Juan Orlando Hernández, reforma la ley electoral para reconocer el 50% de representación a las mujeres pero hasta las elecciones internas del 2016.
Mientras el Partido Libre y las estructuras de dirección del Frente Nacional de Resistencia Popular desde ya ejercen ese porcentaje de participación, las demás instituciones políticas de Honduras –todas representantes de los intereses de la misma oligarquía machista y patriarcal- se someterán a al próximo proceso con una evidente desventaja numérica en la representación de sexo que en la población supera más del 51%.
Sin embargo, en nuestro país el debate real va más allá de los porcentajes de participación de las mujeres en las instituciones del Estado. El sistema político que impera en Honduras es un reflejo exacto del machismo cultural en la sociedad, como lo han señalado las organizaciones de mujeres e instituciones feministas arriba mencionas.
La Resistencia contó es determinado momento con al menos nueve organizaciones a nivel nacional que en sus denuncias implicaban que el golpe de estado, la tradición militarista y violencia de la oligarquía era también un resultado de la cultura de la imposición y el machismo características del atraso y la irracionalidad del pensamiento primitivo.
A su vez, las denuncias de violaciones a los Derechos Humanos de las mujeres y la nula atención del Estado de Honduras a las dramáticas cifras de femicidios, maltratos, inequidad en el derecho del trabajo y su remuneración, nunca han sido tomadas en cuenta por la oligarquía y sus partidos para aplicar políticas que resuelvan esta situación.
“Ni golpes de Estado ni golpe a las mujeres” coreaba una consigna del movimiento durante las luchas del Frente Nacional en las calles contra la dictadura de Roberto Micheletti. Hoy el Congreso de la República, intenta adoptar las medidas que el pueblo exigió en las calles mientras privatiza las empresas del Estado y se olvida de la crisis económica que atraviesa Honduras.
Juan Orlando Hernández arrecia en las reformas económicas que fortalecen las posiciones de la oligarquía, da continuidad a las políticas neoliberales mientras utiliza las demandas del pueblo para aparentar una visión amplia y progresista en medio de la crisis.
(*) Miembro de la Dirección Nacional del Frente Nacional de Resistencia Popular y del Partido Libertad y Refundación (LIBRE)
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