ContraPunto
15 de mayo de 2012
La derecha logró en la posguerra lo que no
pudo en la guerra: desmontar el movimiento social revolucionario
Por
Gerardo Arbaiza
Foto:
Luis Velásquez
SAN SALVADOR - La simbiosis entre movimiento social y el partido
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ha presentado en los
últimos meses, grandes indicios de rompimiento. Basta con ver las críticas que
los dirigentes del FMLN recibieron durante la marcha del 1° de mayo y el
reconocimiento, por parte de personeros del partido, que se debe volver a
incluir al movimiento social en la discusión de los problemas coyunturales del
país.
El
ecologista Ángel Ibarra, de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), amplía el
análisis en torno a ese rompimiento, planteando que la izquierda salvadoreña en
su conjunto, sufrió un debilitamiento desde la firma de los Acuerdos de Paz, ya
que paulatinamente se ha dado emigración de importantes cuadros de la izquierda
hacia la derecha, además de la imposibilidad de analizar profundamente el nuevo
contexto, marcado por la imposición del neoliberalismo con los primeros tres
gobiernos de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
Ibarra
considera que en el período de la posguerra, las fuerzas de derecha en el país
lograron desbaratar al movimiento social salvadoreño con la implantación del
modelo neoliberal; desbaratamiento que no pudo concretar durante la guerra
(1980-1992) y que ha generado, a juicio del ecologista, no solo una
desmovilización de personas, sino que además ideológica.
No obstante,
cree que los peores momentos de la izquierda en El Salvador ya pasaron y que se
debe tomar el ejemplo de Europa y Sudamérica, en donde se está derrotando los
programas neoliberales. Para que en El Salvador se aproveche esta coyuntura,
afirma que se debe construir un movimiento pluralista de izquierda que incluya
al FMLN y a otras manifestaciones de izquierda, partidarias y no partidarias.
El
director de la UNES
señala que es fácil criticar al FMLN y lo considera necesario para que e
frente unido de izquierda fructifique, pero espera que el partido en el
gobierno discuta antes de los candidatos, el programa a ofrecer a la población,
el cual debe manejar un planteamiento revolucionario. Finalmente espera que el
FMLN aprenda de la lección dejada en 2009, para no ofrecer “gato por liebre” a
la gente, con un gobierno que ya instalado en el poder, en lugar de impulsar
cambios sustanciales, continuó con las políticas neoliberales de su predecesor,
Elías Antonio Saca.
¿Cuál
es la situación de la izquierda en El Salvador y su relación con el movimiento
social?
Tal vez
quisiera comenzando hablar de la crisis de la izquierda actual asociada con la
crisis del capitalismo mundial, para luego poder aterrizar a la situación del
país. Primero, quiero personalmente asumir que soy gente de izquierda y para
que alguien sea de izquierda hoy es porque conserva su capacidad de indignarse
frente a las injusticias y de pensar que otro mundo más sustentable y humano es
posible, haciendo a la vez algo para lograrlo.
Una persona
también es de izquierda cuando no se resigna a ser consumidor y cosa, no se
resigna a que su vida y los bienes que la sustentan sean simples mercancías
Esto lo veo desde una de las actividades que la gente de izquierda en El
Salvador debemos hacer, que es un análisis a profundidad de la época que nos
toca vivir.
Yo creo
que la izquierda en El Salvador, que es plural y deberíamos mejor hablar de las
izquierdas, no estamos haciendo una lectura apropiada de la crisis de
civilización que estamos viviendo y para mí no es solo una crisis global y
estructural del sistema capitalista o del modelo neoliberal, sino que es una
crisis civilizatoria en la que el modelo de vida está amenazado. Esta crisis es
más seria que la de la
Gran Depresión en 1929, porque esta vez, el desarrollo de la
humanidad ya tiene limitantes materiales, planetarias y fisicoquímicas, porque
desde hace 40 años, esto que llamamos desarrollo y progreso, ha superado la
capacidad biológica del planeta.
Como gente
de izquierda veo esta realidad desde la ecología política. En este sentido,
usando el tradicional análisis de clases de instrumentalización marxista,
reforzada por Lenin, Engels, Gramsci, Mariátegui, el Che y Fidel Castro,
debemos incorporar a esta visión la lucha realizada por las compañeras
feministas, la lucha ambientalista y ecologista, además de la lucha por el
reconocimiento a los pueblos originarios; que han puesto en el centro un
paradigma de concepción catalogado como “buen vivir”. Entonces creo que todos
esos elementos faltan trabajarlos por la gente de izquierda salvadoreña.
¿Qué
factores de la realidad nacional impiden a las izquierdas salvadoreñas hacer
una lectura adecuada del contexto actual?
La
izquierda en El Salvador tuvo un proceso unitario y fuerte en las peores épocas
de la represión, que desembocó en la guerra popular revolucionaria y culminó
con los Acuerdos de Paz de 1992. Creo que como izquierdas no hacemos la lectora
de que, al terminar la guerra, el movimiento progresista revolucionario sufre
una derrota estratégica.
Lo pongo
así: La izquierda salió bien librada de la firma de la Paz, pero las fuerzas de la
derecha, tanto la patrocinada por Estados Unidos como la oligarquía financiera,
lograron implantar una derrota estratégica al movimiento revolucionario, con la
instauración del neoliberalismo, que ha ocasionado un cambio de sociedad.
El
neoliberalismo en El Salvador es una especie de revolución de las alturas y
creo que el impacto de esa contrarrevolución de la imposición a rajatabla de
ese modelo, sobre todo en los primeros tres gobiernos de ARENA, afectó
seriamente a la izquierda salvadoreña, que ya venía subjetivamente afectada por
el derrumbe de la
Unión Soviética y el socialismo de Estado. Yo creo que no ha
habido una reflexión profunda sobre estos aspectos a nivel internacional;
así como no he visto a la izquierda hablar de la victoria estratégica de la
derecha en la posguerra, como si toda la lucha se hubiera congelado con los
Acuerdos de Paz y como si esos acuerdos hubieran servido para crear un pacto
para refundar el país, lo único cierto es que esos acuerdos ayudaron a
desmontar la guerra, pero el conflicto siguió y en este período de posguerra,
la derecha infringió una derrota estratégica al movimiento social, apoyada en
las políticas dictadas por organismos financieros internacionales.
¿Quiere
decir que la derecha condicionó el terreno de la lucha social después de guerra?
Sí, porque
no hemos dimensionado el impacto de la implantación del neoliberalismo, que no
solo es un proyecto económico, sino que también es un proyecto social, político
y hasta cultural. El neoliberalismo implantó contrarreformas que llegaron para
quedarse. Con el desmantelamiento del Estado y todas las políticas de
flexibilización laboral en la posguerra, se ha pretendido debilitar la lucha
sindical y se ha precarizado el trabajo.
Con el
neoliberalismo, la gente que tiene un trabajo formal lo debe cuidar y no debe
protestar, porque la alternativa es la informalidad. Pero además de afectar a
la izquierda social, esta contrarrevolución afectó a la izquierda partidaria,
porque no se puede explicar la migración de intelectuales de izquierda durante
la época de la guerra, que ahora trabajan a comodidad junto con la cúpula
empresarial.
¿Cree
que la derecha está mostrando indicios de debilitamiento?
Sobre esta
cuenta me parece que este neoliberalismo que floreció en las presidencias
de Cristiani y Calderón Sol, empieza a hacer aguas con Flores y hace aguas con
Saca, por lo que creo que los peores tiempos para la izquierda ya pasaron y
puedo afirmar que este es un tiempo de rearticulación y revitalización de la
izquierda nacional, así como está aconteciendo en Sudamérica y Europa, donde se
están derrotando los modelos de la derecha neoliberal con verdaderos programas
de izquierda antineoliberal. El Salvador no se debe quedar como una isla
extraterrestre ante estos acontecimientos.
¿Cuál
cree que debió ser el papel de la izquierda, en los momentos que se implantaba
el neoliberalismo y cuál terminó siendo?
La misma
guerra fue una época de castración de fuerza intelectual de la izquierda.
Durante la guerra murieron quizá los mejores cuadros de la izquierda
revolucionaria y de la socialdemocracia. Al mismo tiempo, el fin de la guerra
coincide con el apogeo de la contrarrevolución neoliberal en la región y en
todo el mundo; se ponen en boga el Consenso de Washington y las políticas de
Thatcher y Reagan y el mundo involuciona socialmente. Esta involución
social que vivió El Salvador con la contrarrevolución de Las Alturas, ya tocó
fondo.
¿La Izquierda no estaba
preparada para esa contrarrevolución, dada la forma en que se presentó?
Me parece
además que la izquierda, no solo se desmovilizó militarmente, sino que política
e ideológicamente. No es casual la influencia que tuvo, que los principales
cuadros del FMLN, hayan sido capacitados por el INCAE. Yo creo que no hemos
estudiado a fondo el fenómeno de cierta movilización ideológica, todo esto con
el impacto del neoliberalismo, presentándose como la “alternativa que no tiene
alternativa”.
No es
casual que las privatizaciones y el proceso de achicamiento del Estado se haya
dado sin mayor resistencia popular, porque se dio una conjunción de factores
anímicos, políticos, sociales y culturales. La tesis mía es que en la
posguerra, las fuerzas de derecha logran lo que no hicieron durante la
guerra, que es la derrota del movimiento social revolucionario y nosotros no
hemos hecho un análisis crítico de este período de posguerra.
¿Qué
tanto de este fracaso tiene que ver con que el movimiento social, durante los
gobiernos de ARENA, basó sus esperanzas en un solo instrumento político,
concretamente el FMLN?
Una de las
estrategias del modelo neoliberal es presentarse como la alternativa que no
tiene alternativa, en donde lo político y lo social están supeditados a lo
económico; con eso cambia la relación y la forma de hacer política en el país.
Con esta desmovilización ideológica de la izquierda, aparte de la migración de
intelectuales de izquierda a la derecha, se da el desencanto de gente que
renuncia de la política en general.
Por el
otro lado, el FMLN va asumiendo un rol sistémico. Schafik Handal planteaba que
“el FMLN iba a entrar al sistema para cambiar al sistema, no que el sistema nos
cambie a nosotros”. Habrá que ver en qué estado se encuentra ese planteamiento.
Lo cierto
es que con el neoliberalismo, de repente se hizo políticamente incorrecto
hablar de marxismo, de socialismo y de plantear las tesis de la revolución,
porque no había el escenario adecuado para hacerlo.
Además de
todo lo que le mencioné, el mapa social surgido tras la implantación del
neoliberalismo, es distinto al que existía en los años 70 y 80, porque los
intelectuales de izquierda en la actualidad no aparecen en la misma cantidad y
lucidez que durante los 70 y 80,
a pesar de que hoy hay una mayor apertura a aceptar
pensamientos distintos. No vemos un debate entre las fuerzas de izquierda y no
solo estoy hablando del FMLN como partido, sino también de aquellos que como
gente de izquierda, no tenemos una opción partidarista
¿Fueron
conscientes los movimientos sociales que arroparon la candidatura de Mauricio
Funes, sobre que plataforma se estaba apoyando y con qué se han encontrado,
tres años después de esa campaña?
En el año
2009 hubo aciertos y desaciertos. Nosotros como ecologistas y ambientalistas,
con un pensamiento más dirigido por la ecología política, votamos y apoyamos al
FMLN y su candidato, con el objetivo político claro de derrumbar el régimen de
derecha, que estaba coartando las posibilidades de construir una sociedad
diferente.
Sin
embargo, en esta lucha política que culminó en una lucha electoral, no se tuvo
claro el programa y los compromisos, a tal grado que desde una plataforma de
izquierda, se elije a un gobierno que le da continuidad a una política de
derecha. Sin pretender ser especialista electoral, me parece que el apoyo que
perdió el FMLN en el Gran San Salvador, donde está la gente más concienciada,
se debió a la falta de coherencia de elegir un gobierno con viñeta de
izquierda, que desarrolla un programa de derecha.
Este
gobierno se parece más al gobierno de Saca de lo que imaginábamos, tiene
algunas cosas mejores y otras gravemente peores de lo que hizo Tony Saca;
además es contradictorio que en el actual gobierno, los dos ministerios en los
que se ha querido impulsar cosas sustancialmente positivas como los ministerios
de Salud y Educación, son los que tengan mayor grado de conflictividad con sus
trabajadores.
Por otra
parte, Mauricio Funes no es un gobierno superior a Saca en materia fiscal y yo
no sé si Guillermo López Suárez (actual ministro de Agricultura y Ganadería),
hiciera un mejor trabajo en Hacienda, por la reforma tributaria que pretendió
impulsar con Saca en la presidencia, cuando estaba en el Ministerio de
Hacienda. Cabe mencionar que Funes ha tenido más fracasos que Saca en materia
de seguridad, no solo ha militarizado la Policía, sino que ha admitido ser un gobierno
fallido, porque el estado de la seguridad no depende de la audacia de la Policía, sino del
compromiso alcanzado por las dos principales pandillas de El Salvador.
También
parece que el gobierno de Funes le tiene más pánico a América Latina que el que
tuvo Saca, ya que no ha impulsado nada en materia regional; le huye como cuerpo
a la jeringa al ALBA y se ha entregado con mayor docilidad a las políticas
norteamericanas. Lo que Funes ha hecho con los gringos, no lo había hecho Saca.
Todo eso lo valora la gente de izquierda y resulta ilógico que el FMLN, con un
programa histórico en torno al socialismo y con las banderas revolucionarias de
los héroes y mártires desde Farabundo Martí hasta acá, salga con un gobierno
violín, que agarra el instrumento con la izquierda y lo toca con la Derecha.
Esta
falta de claridad en los consensos y los acuerdos que menciona ¿Fue algo que ya
veía el movimiento social desde la campaña o de lo que se vinieron a dar cuenta,
ya instalado el gobierno?
La
consigna era: “Mauricio presidente”…
¿Es
decir que se votó “a ciegas”?
Se votó
con insuficiencia. En nuestro caso, el objetivo principal era desmontar el
régimen de ARENA que se estaba acabando el país y montar una nueva correlación
social; además se confió e la calidad periodística de Funes, en sus valores y
en cierta ética que tenía, pero hoy el ejercicio de la presidencia ha dejado
mucho que llegar.
Si me
preguntaras que si la coyuntura se volviese a repetir, si fuese el 2009 y se
tuviese a Rodrigo Ávila como candidato de ARENA y a Mauricio Funes con el FMLN,
yo volvería a votar; pero antes deberíamos tener más compromiso y más claridad
con un gobierno que sea antineoliberal, que por lo menos se parezca al de Lula
en Brasil o al de Cristina Fernández en Argentina, en los que no se ha roto con
el capitalismo como sistema.
Hablando
con otras personas me plantaban que el movimiento social se encuentra en un
dilema con el actual gobierno, ya que antes en los gobiernos de ARENA, salían a
protestar por reivindicaciones incumplidas y concentraban sus esperanzas en el
instrumento político llamado FMLN. Hoy que el FMLN instala a una persona en la
presidencia, se tiene el dilema que las mismas reivindicaciones no son
cumplidas, pero estos movimientos saben que llevaron a esto gobierno al poder…
Yo te
decía que como resultado de 20 años de política neoliberal, el movimiento
social con vocación revolucionaria estaba bastante diezmado y el año 2009 no
era el mejor momento para el movimiento social salvadoreño, porque no nos
parecemos ni siquiera a lo que había en 1980.
Pero tú
tienes razón en lo que planteas, porque además, el movimiento social no es
uniforme, porque hay movimientos que funcionan como satélites del partido y
expresiones como esas se tuvieron, se están teniendo y van a seguir habiendo.
Pero hay un movimiento social emergente con más autonomía: el movimiento
feminista; el movimiento ambientalista, con sus debilidades; los
defensores de derechos humanos y los que trabajan en reivindicación de las
víctimas del conflicto, tienen mucha autonomía frente al FMLN.
También se
dio el caso que mucha gente que estaba en oposición a ARENA, fue captada por el
gobierno y ahora son empleados públicos que deben cuidar la posición del presidente.
Esto se dio más con los movimientos sociales satélites que con los autónomos.
Además hay dirigentes del movimiento campesino que están en el gobierno, hay
dirigentes del movimiento comunitario que están en el gobierno y cuadros de las
oenegés nacionales e internacionales.
Con esa
situación, los movimientos sociales que te quedan con autonomía son cada vez
menos y debilitados. Por eso es que la crítica del llamado movimiento social,
es más débil sobre este gobierno que sobre los gobiernos de ARENA.
¿Ustedes
se esperaban que el FMLN tratara de acallar a esos movimientos sociales
autónomos, así como a otras manifestaciones surgidas en los últimos días,
tildándolas de cuadros de la derecha, etc.?
A mí me
parece un video de ciencia ficción que ARENA y sus movimientos vinculados como
ANEP, FUSADES y la Cámara
de comercio, que en este país te hablen de lucha contra la corrupción, defensa
de la democracia y separación de poderes. Esto te demuestra que la derecha está
en quiebra, sus ideólogos ha fracasado y el modelo neoliberal hace aguas en
todas las partes del mundo.
Entonces
la derecha tiene que captar banderas que antes eran de la izquierda, porque no
tienen banderas propias. Lo grave es que estos sectores derechistas,
oligárquicos y corruptos, hoy aparezcan a la izquierda del FMLN y de ciertos
movimientos sociales. Es dramático para la derecha y para nosotros, por lo que
el FMLN debe preocuparse de esto, más allá que las elecciones de magistrados se
hagan en abril o julio, lo que esto indica que la izquierda partidaria y no
partidaria, no estamos haciendo análisis de la realidad que vivimos.
Que
sectores de izquierda critiquen al FMLN y viceversa, es lo peor que nos puede
pasar, porque este país está cerca de lo planteado por Rosa Luxemburgo:
“Socialismo o barbarie. El neoliberalismo está quebrado y se le está
enfrentando fuertemente en Sudamérica y en Europa, pero acá no pasa nada.
¿Y cuál
debería ser el reto que tendrá la izquierda en la próxima elección
presidencial?
Los que
somos de izquierda, tanto no partidaria como el FMLN y otros esfuerzos
partidarios, como el que abandera Dagoberto Gutiérrez, deberíamos ponernos a
trabajar y no a cavar la zanja que nos separa, sino a construir la fuerza
político-social y electoral, que en el 2014 sea capaz de, no solo derrotar a la
derecha, sino que con un planteamiento de izquierda, instaurar un programa de
izquierda garantizado. El FMLN no puede andarle rogando a gente famosa a que
sea su candidato, es una debilidad en que el FMLN no confíe en su propia
fuerza.
Se debe
componer un frete unido de izquierda, no contra el FMLN, sino que con ellos;
para sí devolverle la esperanza al país sobre la credibilidad de la izquierda.
Lo que está revitalizando a la izquierda en Europa y Sudamérica es reconocerse
diferentes y ponerse de acuerdo en elementos comunes.
¿Cómo
ve el hecho que el FMLN ya se esté oyendo voces que proponen candidatos, entre
militantes históricos y gente del exterior?
Yo no
conozco el estado de las negociaciones del FMLN, pero me parece un equívoco el
poner la carreta delante de los bueyes. Me parece que una fuerza de izquierda
que esté pensando en la lucha por el poder político, debería construir un
programa transformador.
Hay
demasiadas crisis en el país como para querer hacer más de lo mismo, se debería
en primer lugar construir alianzas con fuerzas de izquierda que no son
partidarias, de ahí construir el sujeto político electoral y después pensar en
los hombres y mujeres que lo puedan conducir.
A lo mejor, para conducir este proyecto,
pueda que se necesite un candidato que provenga de adentro del FMLN, con los
méritos históricos suficientes, pero no se puede pensar primero en el candidato
y ver después que hacemos. Yo espero que el FMLN discuta más el programa de los
próximos cinco años, para no volverle a dar de nuevo a la gente “gato por
liebre”, como hizo con Mauricio Funes, que en lugar de concretizar el cambio,
continúo con políticas neoliberales que no ha hecho cosas estructurales
distintas para avanzar al desarrollo del país.
Publicado originalmente en http://www.contrapunto.com.sv/partidos/a-ibarra-fmln-no-mas-gato-por-liebre
Un excelente análisis; un documento obligado de esa escuela política en la que deberíamos estar matriculados todas las izquierdas, partidaria y no partidaria; quienes tenemos el ánimo y la intención de salir de la trampa que el sistema nos ha tendido y que lamentablemente, no nos damos por enterados; o si lo hacemos, no logramos tomar la decisión de dar el salto. Bien Ángel,estamos en el camino.
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