Jorge Capelán. Radio La Primerísima
El martes por la noche fue encontrado muerto el jefe de redacción de la
radio HRN de Honduras, Alfredo Villatoro, con dos disparos en la cabeza y
extrañamente vistiendo un uniforme modelo Cobra de la policía. Los Comandos
Cobra de la policía militarizada hondureña, entrenados para matar, son odiados
por los activistas de la
Resistencia y por la población en general.
El régimen de terror que le ha costado la vida a 25 periodistas desde que
fue instalado el actual presidente Porfirio Lobo, y que le ha costado la vida a
casi 20 hondureños al día, debe verse a la luz de que el Pentágono y poderosos
intereses de la oligarquía local intentan crear un clima que dé la impresión de
que los carteles del narcotráfico están a punto de tomar el país y que el
pueblo hondureño necesita un "poderoso aliado" que, por supuesto, se
encuentra al norte del Río Grande.
Honduras, catalogado como el primer lugar en homicidios del mundo por
Naciones Unidas, registra un muerto cada 74 minutos. Según el Comisionado
Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), "en 23 meses de gestión del
gobierno que preside Porfirio Lobo (27 enero 2010/2011) se registró la muerte
violenta de 12.838 personas, es decir, un promedio de 558,17 mensuales ó 19
víctimas diarias".
Sin embargo, se trata de una violencia con una dimensión marcadamente
política. Sectores ligados a la
Resistencia o críticos reales o potenciales del poder son
especialmente afectados por la misma: Periodistas, campesinos, maestros y
pobladores organizados, muchos de ellos jóvenes. Numerosos dirigentes y
activistas del Frente Nacional de Resistencia Popular, FNRP y de su brazo
político, LIBRE, atestiguan recibir regularmente amenazas de asesinatos por
llamadas anónimas y mensajes a sus teléfonos celulares.
El terror ha aumentado a medida que LIBRE ha ido poniéndose a la cabeza de
las encuestas de opinión y a medida que el pueblo hondureño le da la espalda a
los partidos tradicionales.
Durante las dos últimas semanas han sido asesinados cuatro miembros de la Resistencia, de los
cuales dos eran candidatos para las próximas elecciones de noviembre de 2013 y
pertenecían al ala revolucionaria de LIBRE y del FNRP.
Pero entre más "asistencia" de la USAID, la
DEA, el FBI, o fuerzas especiales del ejército colombiano se
inyectan, más sangre es derramada y más avionetas Cessna cargadas con cocaína
desde Colombia aterrizan en las propiedades de los grandes terratenientes del
vecino país.
Los Estados Unidos reanudaron su "ayuda" militar al las Fuerzas
Armadas de Honduras a raíz de de que Lobo asumió la presidencia el 27 de enero
de 2010. Desde junio de 2009, el general Douglas Fraser, jefe del Comando Sur
de Estados Unidos, visitó al menos tres veces el país.
Por su parte, el expresidente paramilitar colombiano Álvaro Uribe firmó un
acuerdo de cooperación e intercambio en la "lucha en contra el
narcotráfico y el terrorismo" solo tres días después de que Lobo asumiese
la presidencia.
En Honduras operan comandos de GAULA, unidades de fuerzas especiales del ejército
colombiano, cada semana viajan diferentes delegaciones del estado hondureño
como policías, militares, alcaldes, ministros, etcétera, para
"capacitarse" en Bogotá.
La relación entre sectores de la oligarquía hondureña y el narcotráfico es
de larga data, desde las redes montadas por los Estados Unidos para financiar
la guerra contra Nicaragua en los 80s. Más recientemente, WikiLeaks reveló un
cable diplomático que prueba que el gobierno estadounidense ya en 2003 tenía
conocimiento de que el terrateniente Miguel Facussé permitió la utilización de
una de sus propiedades en el departamento de Colón para el trasiego de drogas
pero EE.UU. nunca hizo nada al respecto.
Otro ejemplo de esta simbiosis entre la oligarquía narcotraficante colombiana
y la hondureña es el del precandidato liberal a la presidencia, Mauricio
Villeda, que en los medios hondureños propala la absurda desinformación de que
serían las FARC las responsables de la violencia política en Honduras.
Esto lo hace citando como fuente documentos de la viciada laptop del
comandante guerrillero Raúl Reyes, muerto en un ataque del ejército colombiano
en suelo ecuatoriano el 1 de marzo de 2008.
Esos documentos, que la misma Corte Suprema de Justicia de Colombia invalidó
en su momento por la manera irregular en que el aparato fue tratado por el
ejército colombiano, fueron entregados a Villeda por el propio Uribe a partir
de una copia ilegalmente obtenida por el ex mandatario de manos de ex agentes
de la inteligencia militar británica.
Villeda es integrante del grupo más fascista del país, miembro de la cúpula
del partido liberal y líder de Opus Dei. Asimismo, fue un destacado líder de la
banda fascista de las "Camisetas Blancas" que preparó el terreno en
los medios hondureños un año antes el golpe de estado.
A esos medios hondureños, Villeda explica que existe una conspiración de los
partidos del Foro de Sao Paulo para destruir la democracia en América Latina y
en particular en Honduras - exactamente la misma especie que Uribe y la red
terrorista Unoamérica se encargan de difundir desde hace años.
Unoamérica, que estuvo vinculada al golpe de estado contra Manuel Zelaya de
junio de 2009, también impulsó una fracasada invasión a Venezuela denominada
Operación Daktari hace 8 años, cuando el Gobierno Bolivariano capturó a más de
100 paramilitares en una finca propiedad del ciudadano Robert Alonzo, hermano
de la actriz venezolana María Conchita Alonzo. Según las investigaciones del
periodista venezolano José Vicente Rangel, el personaje central de esa
operación fue el propio Álvaro Uribe Vélez.
Unoamérica fue una de las primeras organizaciones en reconocer al golpista
Roberto Micheletti el 29 de junio de 2009, y figuras de la más extrema derecha
venezolana regularmente han visitado Honduras para respaldar políticamente a
los sectores golpistas.
En la década de los 80s, para apalancar a las fuerzas contrarrevolucionarias
de la región, los Estados Unidos convirtieron a Honduras en un campo de concentración
bajo la dirección estratégica de su entonces embajador en Tegucigalpa John
Dimitri Negroponte. Al mismo tiempo, sentaron las bases del neoliberalismo y de
las redes del narcotráfico que le permitieron financiar esa guerra.
Sin embargo, no pudieron eliminar las consecuencias de la crisis del modelo
que implementaron ni impedir la emergencia a largo plazo del pueblo hondureño,
lo que condujo, primero, a la elección del gobierno independiente del
Presidente Juan Manuel Zelaya y luego al la resistencia masiva al golpe de
estado que lo derrocó.
Con el golpe de estado contra Zelaya el genio del pueblo hondureño se salió
de la botella para no regresar a ella.
Ahora, para tratar de someter al genio y para amenazar a los demás pueblos
de la región intentan ahogar en sangre a su instrumento político y convertir a
Honduras en un "estado fallido" para pedir la "asistencia"
de las tropas del imperio.
Es hora de que los países del ALBA den la voz de alarma ante esta
preocupante situación.
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